El proyecto que comenzó hace siete años y tenía fecha de finalización para el 2014, requería una inversión cercana a los 10.000 millones de euros y no ha estado exento de polémica por su impacto en la naturaleza de la zona y por su eficacia.

Luego de tres años de investigaciones y acusaciones que incluyeron corrupción, lavado de dinero y malversación de fondos, la Policía financiera italiana (Guardia di Finanza) decidió detener a los empresarios y políticos responsables.

Entre ellos se hallaba el concejal de Transportes e Infraestructuras de la región del Veneto, cuya capital es Venecia, Renato Chisso.

También se envió una petición de arresto al Parlamento para el diputado Giancarlo Galán, que fue expresidente de la Región del Veneto y exministro de Agricultura.

Las investigaciones sobre la corrupción en la construcción del "Moisés" ya habían causado el año pasado la detención del presidente del Consejo de Administración de la empresa de construcción Mantovani, Piergiorgio Baita, y de uno de sus colaboradores, Nicolò Buson, por haberse apropiado de fondos destinados a la obra.

Sumado a ello, fueron detenidos por irregularidades en la construcción de la faraónica obra Giovanni Mazzacurati, uno de los dirigentes del consorcio que se ocupaba de la construcción Venezia Nuova, y otros dos miembros de este grupo.