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Al cancelarse elecciones municipales palestinas

En Israel deben buscar otra excusa que justifique el gobierno de unidad nacional

Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel. (Dibujo: NOVA)

Por Israel Rabinowicz, desde Israel especial para NOVA

Durante los años en que Netanyahu está frente al gobierno de Israel son muchos los analistas políticos, existen libros al respecto, que intentan descubrir las diferentes caras del mismos, predecir movimientos, encontrar un común denominador a su accionar, conclusiones siempre abiertas, en él, para bien o para mal, nada es definitivo.

La última semana fue repetición de otras muchas, por un lado él dedicado de lleno a la faz política internacional e interna partidaria, disfruta con ello, de cómo fortificar su coalición para garantizar, sería inédito en la política israelí, su estabilidad hasta la finalización del mandato en 2019.

Las programadas elecciones municipales palestinas tenían para Netanyahu una dedicación especial, los resultados casi seguros que presentarían a un Hamas fortalecido en detrimento del tradicional Al Fatah, el legendario grupo de Arafat, era el argumento ideal para presentar a Israel frente a una nueva y grave situación, una bandeja de oro para que el principal partido de la oposición ingresara a la coalición para formar un Gobierno de Unidad Nacional.

Todos conocen que la oposición está desesperada por ingresar, son varios los ministerios hasta ahora acumulados en manos del Primer Ministro que los esperan, incluso algunos cambios mayores en otros pueden producirse, en momentos como esos, fortalecido con la ampliación de la coalición, son gustos personales en donde Netanyahu puede devolver o pagar facturas a algunos de sus enemigos políticos y personales, cada vez éstos son más, crecen en forma paralela a la extensión de su permanencia frente al gobierno, en el camino ya quedaron varios interesados en pelear la punta, algunos están en la dulce espera, contra él nadie competirá, otros ya definitivamente desparecieron, abandonaron la política del todo.

Se decía, había rumores que Israel trabajaba y participaba a pleno interviniendo dentro de las elecciones municipales, incluso existían comentarios que le agradaría un triunfo de Hamas, a la larga lo consideran un movimiento más coherente, práctico y pragmático para avanzar políticamente hacia un acuerdo con Israel, obviamente nada sería automático, graves conflictos y enfrentamientos de por medio. Un triunfo de Hamas le daría a Netanyahu un gran oxígeno internacional, se alejaría por muchísimo tiempo cualquier presión para llegar a acuerdos, argumentos más que sólidos para manifestar que no tiene contraparte para el dialogo, sin credibilidad y estabilidad todo ello es imposible, internacionalmente un claro triunfo político para él.

Dentro de ése ambiente pre electoral de repente aparece un estudio académico en donde se denuncia, con contundentes pruebas, si éstas son reales o falsas nunca se sabrán, de que Abu Mazen, el presidente de la Autoridad Palestina en los años 80, durante su residencia en Siria fue agente, espía de la KGB en beneficio de Rusia, escándalo, desmentidas y nuevas acusaciones. Abu Mazen dejó de ser figura influyente, no pesa, lo suyo es simbólico e intrascendente, parece ser que lo mantienen para que a sus 81 años la naturaleza actúe haciendo lo suyo, se puede esperar y de paso demostrar madurez política al salvar el honor del presidente.

En la misma dirección, además significa un claro mensaje que le envía a su personal enemigo Obama, aunque aún sin fecha Putín logró el acuerdo para que Abu Mazen yNetanyahu en Moscú se encuentren, lo que hace años no pudo lograr el gobierno de Estados Unidos ni los de la Comunidad Europea, en 5 minutos lo consigue el de Rusia, nada de allí saldrá porque todo ya está escrito y conocido previamente, todo continuará igual, el único y claro mensaje lo recibe Obama y su canciller Kerry, una histórica foto que, según los gustos, podrá leerse en cualquier dirección.

El 8 de octubre era la fecha seleccionada para que los palestinos pudieran elegir a sus representantes locales. Era una fecha importante, porque iban a ser las primeras elecciones municipales convocadas de manera conjunta tanto en Gaza como en Cisjordania desde 2006. La denuncia de un abogado abrió la caja de los imponderable, los partidarios de Al Fatah, el partido liderado por el presidente Mahmud Abás, ya vacío de ideología y contenido, y los de Hamas no han tardado ni un día en tirarse los durísimas acusaciones, un conocido juego ya que en el fondo nadie quería que las elecciones se dieran.

El máximo tribunal palestino ha decidido frenar los preparativos de los comicios tras la denuncia interpuesta por el abogado Nael Al Huh quien hace unas semanas exigió la cancelación de los comicios por excluir del proceso electoral a los 250.000 palestinos que viven en Jerusalén Este, territorio que controla Israel desde 1967.

El abogado también argumentó en su momento que el sistema judicial de la Franja de Gaza, controlada por el movimiento islámico Hamás, era “inestable” y “desigual” con respecto al de Cisjordania, donde gobierna Al Fatah. Y como no podía ser de otro modo en un conflicto tan enquistado, las reacciones no han tardado en sucederse.

Por un lado, Al Fatah acusa a Hamas de sabotaje pues, según la formación de Abás, las cortes de Gaza han rechazado sus listas electorales y han excluido a Jerusalén Este. Ahora, como consecuencia a dicha presentación judicial el Tribunal Supremo Palestino resuelve suspender los programados comicios. Independientemente a las cruzadas acusaciones por la suspensión, todos contentos, preferible que por ahora nada cambie, mientras tanto los millones de dólares de ayudas internacionales siguen fluyendo a las cuentas personales de importantes personajes que hace décadas viven del poder y de su cercanía, nombres que se repiten, entonces para qué cambiar e ingresar a un seguro caós.

En Israel la principal oposición y Netanyahu deberán encontrar una excusa diferente para justificar el ingreso de éstos en la coalición gobernante, no les será difícil encontrarla, además están desesperados para hacerlo. Las últimas encuestas sobre intención de votos en donde el principal partido de la oposición, el laborismo, pierde el 50% de sus fuerzas, obliga a estos a subirse rápido a la ampliación de la coalición, un pseudo gobierno de unidad nacional que a ambos garantiza estabilidad y permanencia, a Netanyahu libertad total de movimientos, para que sus incomprensibles e inaccesibles neuronas comiencen libremente a fluir.

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