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Análisis internacional

Cómo influyen Obama y Putin en el mejor momento político del Primer Ministro israelí

Vladímir Putin y Barack Obama, presidentes de Rusia y Estados Unidos respectivamente. (Dibujo: NOVA)

Por Israel Rabinowicz, corresponsal de NOVA en Israel

Que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, optara por no responder con reciprocidad a la expulsión de los 35 diplomáticos rusos a quienes Barack Obama culpó de hackear el correo electrónico de Hillary Clinton llevándola a perder las elecciones frente a Donald Trump; fue una clara señal de la poca seriedad con que la comunidad internacional toma el agonizante mandato del Presidente estadounidense.

Y si eso fuera poco, Trump no dejó pasar la oportunidad de agradecer al jefe de Estado ruso vía Twitter su acto político de inteligencia y madurez.

¿Cómo funciona la mente de un político despechado? ¿Hasta dónde puede llegar su rencor? La historia está llena de ejemplos de bochornosos cambios de gobiernos, pero los Estados Unidos no figuraban en ellos, acostumbrados como parte del juego democrático a la rotación entre demócratas y republicanos. El trabajo conjunto entre quien se retiraba y quien llegaba para un cambio en paz, la armonía y la colaboración, eran lo normal.

En la guerra personal que Benjamín Netanyahu mantuvo con Obama, el ganador ya está declarado. Por parte del primero no existe voluntad ni intención de continuar tirando sal sobre la herida, tal es así que ordenó a sus ministros y colaboradores no atacarlo más, cerrar el tema con la simple respuesta de que Obama ya es historia. Es fundamental cuidar las relaciones siempre muy cercanas con el Partido Demócrata.

Netanyahu nunca pudo imaginar un mejor futuro político en un trabajo mancomunado con el nuevo Presidente de los Estados Unidos. Sin embargo, tantas promesas de amor y fidelidad hay que asumirlas con modestia y sin exaltación.

Trump por su parte, le envió un mensaje claro y directo para que aguante y trate de sortear las minas explosivas que seguramente Obama intentará tirar antes de abandonar el poder. En sus manos aún hay mucho poder destructivo, no se cansa de repetirlo. Previo a su asunción el 20 de enero, lo invitó a una reunión privada.

El bueno, el malo y el peor

Para Netanyahu, este es su mejor momento políticamente hablando, teniendo en cuenta que el nuevo embajador yanqui en Israél es un amigo allegado, oído de sus principales secretos y desde hace más de 15 años su abogado de cabecera. El mismo, tampoco oculta ser un fuerte apoyo financiero al crecimiento de los asentamientos y pronto verá cumplida la vieja promesa de trasladar la Embajada desde Tel Aviv a Jerusalén.

Llega un Presidente con una lectura política mundial diferente, con la designación del nuevo secretario de Estado recaída en uno de los principales ejecutivos mundiales en el sector petrolero, un experto en dividirse entre ellos plataformas y superficies para maximizar sus resultados, la amistad personal con Putin hace que pueda presumir que estamos frente a un acuerdo de Yalta versión 2017.

Ambos tienen a China como enemigo en común, que avanza cortando cabezas y aplastando a todos aquellos que se le crucen por el camino. Es sólo cuestión de tiempo. En ése juego Netanyahu y su visión del mundo, son una pieza clave.

Pero el mandatario israelí no puede disfrutar de su alegría, internamente ya hace meses que los ataques personales, directos o judiciales contra su esposa, lo enfrentan a un tambaleante panorama. Es imposible prever por dónde vendrá la próxima estocada.

Como no hay posibilidad alguna de que pueda ser derrotado democráticamente –ni en la oposición ni dentro de los partidos de la coalición existe figura aglutinante para ello– no queda otro camino que intentar hacerlo a través los organismos policiales y judiciales.

Atenciones sospechosas

En estos días, funcionarios policiales lo visitaron en su casa para interrogarlo acerca de la recepción de regalos incompatibles con la función pública. Uno de ellos, según rumores, fue una cena con Sheldon Edelson, nombre muy conocido en Argentina por el tema de los Fondos Buitres y en España por un frustrado proyecto de inversión de casi 20 mil millones de dólares para reproducir en Madrid su ciudad del juego.

Casualmente, el mismo que abonó la lujosa velada cuando Netanyahu visitó Estados Unidos para hablar frente al Senado de ese país, también fue el mayor aportante económico a la campaña de Trump.

Un dato de color fue cuando los policías del interrogatorio llegaron a la casa del primer ministro con sus propios termos de té y café, para evitar que algún susceptible abogado interpretara que si eran agasajados por el anfitrión, lo beneficiarían en la investigación.

Otro tema por el que se interrogó e investigó a Netanyahu fue la recepción de un traje que le regalara el multimillonario propietario de una marca internacional de cosmética e indumentaria. Por tales motivos, la prensa lo atacó sin respiro, sin dejar lugar a dudas de que detrás de todo esto hay políticos propios y ajenos alimentando la saña, que obtuvo como respuesta sólo sonrisas e ironías.

Un anterior primer ministro israelí, Ehud Olmert –hoy cumpliendo pena de prisión– se vio obligado a gobernar períodos de guerra y fuertes crisis en paralelo a reuniones con sus equipos de abogados preparando defensas contra investigaciones policiales y judiciales. Siempre la realidad termina por imponerse, no pudo aguantar y debió renunciar.

Desde este lunes, la prensa internacional no para de reproducir las palabras pronunciadas en 2008por Netanyahu, en aquel momento jefe de la oposición, cuando le reclamaba a Olmert dar un paso al costado, alegando que no se podía gobernar con seriedad bajo sospecha de ilícitos, siendo investigado judicialmente, cuando los abogados le dejaban algún tiempo libre ¿Se repetirá la historia?

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