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¿Pakova se cansó de Alegre?

Tensión en el PLRA a una semana de la Convención

Efraín junto a Pakova la noche de la victoria.

Hay que decirlo; nunca tuvieron demasiada empatía. Pero el acercamiento de Blas Llano a Horacio Cartes dejó sin alternativa a Pakova y su grupo político. Fue más el espanto que el amor lo que terminó por unirlos.

Durante la campaña, el diputado por San Pedro no ocultó su fastidio por el excesivo protagonismo de Efraín. “En los lugares que vamos no veo un solo cartel que diga Efraín-Pakova, es todo Efraín, Efraín, Efraín…” le decía Pakova a sus allegados.

Alegre sabía que para ganar necesitaba los votos que siempre le fueron esquivos y que Pakova podía conseguirle; los del campesinado y los sectores más humildes. El innegable carisma del exgobernador del segundo departamento lo ayudaría a ganarse el apoyo de esos liberales que lo veían con cierta desconfianza (sobre todo los liberales luguistas).

La fórmula tuvo éxito. Efraín y Pakova derrotaron a Líder Amarilla y Salyn Buzarquis (acaso el aliado “natural” de Alegre) y se hicieron con el control partidario.

Pero la cosa volvió a tensarse. Aunque Alegre había prometido no inmiscuirse en la interna por las senadurías (“Voy a ir adonde me inviten, las veces que me inviten, sin hacer ningún tipo de distinción” habría dicho) Pakova empezó a notar que el nuevo presidente del PLRA tenía cierta preferencia por los candidatos del departamento central (Dionisio Amarilla y Amado Florentín). El doble discurso le molestó.

En la Convención, Pakova se sintió desplazado cuando Alegre decidió sentar a Salyn Buzarquis en el lugar que por derecho a él le correspondía. Y explotó: “Efraín juega ‘partido’i’ y nosotros queremos jugar ‘partido guazú’” confesó.

El prudente silencio se terminó y Pakova empezó a hacer públicas sus diferencias con el líder partidario.

Luguista confeso, el diputado se vió en diciembre en una encrucijada; apoyar la enmienda para que Lugo pudiera ser candidato significaba abrirle la puerta a diez años de cartismo, y eso no estaba en su planes.

Pese a los “coqueteos”, la indecisión de Lugo y su postura ambigua lo mantuvieron junto a Alegre.

Los llanistas, enterados del disgusto de Pakova por el trato que le dispensa, Alegre empezaron a sondearlo. Eh incluso a usarlo para tratar de desestabilizar al presidente liberal. Sin embargo (y pese al destrato y las diferencias) Pakova no rompió con el Movimiento 2018, hasta hoy…

El próximo 25 de febrero en la convención de Coronel Oviedo, Pakova (o su gente) deberá optar; o alianza o Concertación.

Si eligen la alianza darán su apoyo a Efraín. Si prefieren la Concertación, a Llano y Lugo.

Según fuentes cercanas al vice del PLRA, Pakova dejará que sus convencionales alcen la mano libremente, previo a informarles que él prefiere la Concertación…

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