Opinión
Masacre de Curuguaty

Una investigación lamentable, una condena sin pruebas, un fallo ejemplar

Fiscal d ela causa, Jalil Rachid.

Por José Maria Quevedo

La anulación de la sentencia del Caso Curuguaty no hace más que confirmar lo que venimos afirmando desde seis años: que el trabajo del fiscal Jalil Rachid no solo fue parcial y subjetivo sino lamentable y que no existen ni existieron jamás pruebas que demuestraran la veracidad de la peliculesca hipótesis construida y sostenida en juicio por el Ministerio Público sobre los fatídicos sucesos del 15 de junio de 2012.

Por más histriónica que se pusiera en sus alegatos la fiscala Lilian Alcaraz o por más sobrios y firmes que intentaran aparecer sus colegas Leonardi Guerrieri y Nelson Ruiz, la teoría que presentaron resultaba inverosímil y en pocas palabras “no se le tragaba nadie”.

El juicio en el que fueron condenados los Ruben Villalba, Néstor Castro, Arnaldo Quintana, Luis Olmedo y sus otros siete compañeros, fue un circo en el que solo importó lo que dijera el Ministerio Público y esto queda reflejado desde el momento en que el tribunal descartó todos los testimonios que ponían en duda la versión oficial (el testimonio de quien firma esta nota, inclusive).

La torpeza del Tribunal fue tanta que afirmaron en su veredicto cosas que los testigos jamás dijeron, como por ejemplo que Miguel Anoni y Nelson Zaracho reconocieron a Ruben Villalba en la escena del crimen vistiendo remera roja, portando una escopeta y disparando contra la humanidad del comisario Erven Lovera. Y que quedaba perfectamente demostrado que fue Luis Olmedo quien con la misma escopeta remató al jefe del GEO.

Bueno, ni Anoni ni Zaracho ni los otros testigos cuyos testimonios fueron utilizados para sostener la sentencia dijeron tal cosa. Y transcribo:

Miguel Anoni

PREGUNTADO: usted dijo que había identificado a Rubén Villalba cuando disparó, que estaba encapuchado y de qué color era su ropa en ese día? EL TESTIGO RESPONDE: “…en ningún momento dije que le vi a él disparando…” PREGUNTADO: no viste? EL TESTIGO RESPONDE: “…que él haya disparado no vi, a nadie vi que estaba disparando si yo miré a mi derecha, un poco atrás hablé con el personal Sub Oficial…”

Nelson Zaracho

Zaracho, al inicio de tu declaración dijiste que podías identificar a dos personas por sus rasgos físicos, ¿podías explicar a quiénes te referís y en qué momento les viste? EL TESTIGO RESPONDE: “…Después de todo eso que pasó, como dije, por el rasgo físico, era difícil porque tenían todo tapas bocas, con caras pintadas la gran mayoría…cuando me acerqué al tejido, miré hacia enfrente y estaba aparentemente ese señor (señala a Olmedo) y ese señor de campera negra (señala a Rubén Villalba), aparentemente era su fisonomía, eso lo más o menos puedo recordar porque yo me acerqué y era la única oportunidad para mirarles…”

Este simple ejemplo demuestra que los jueces tenían tomada su decisión (y acaso escrita su sentencia) antes de que se iniciara el juicio.

La impericia del Ministerio Público fue tan grande que sus fiscales y analistas fueron incapaces de identificar correctamente a los policías y campesinos que aparecen en la foto tomada minutos previos al tiroteo.

Recuerdo todavía cuando al finalizar mi comparecencia ante el tribunal el fiscal Nelson Ruíz intentó desacreditar mi testimonio y la investigación que hicimos junto el Dr Aitor Martínez y el Dr Domingo Laino, nombrándome una serie de jefes policiales y preguntándome si había hablado con ellos durante nuestro trabajo. Para sorpresa del fiscal no solo habíamos contactado con la mayoría de los mencionados, sino que habíamos analizado y contrastado los testimonios de TODOS LOS INVOLUCRADOS (policías, fiscales, actores políticos, testigos, acusados, ocupantes) entre sí y con las evidencias, algo que el Ministerio Público jamás hizo.

El hecho de que los cuatro condenados por homicidio resulten inocentes nos obliga a seguir trabajando por la verdad. Tanto las familias de los efectivos asesinados como las los campesinos muertos se merecen saber qué fue realmente lo que pasó en Curuguaty.

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