Por Israel Rabinowicz, corresponsal de NOVA en Israel
Ayer fue uno de esos días en que varias veces me contacté con funcionarios de rangos diferentes del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, un tema sobre el que escribiré y hace que deba profundizar mis consultas. La burocracia israelí no se caracteriza por trabajar demasiado, en éstos días aún menos, todos en pleno brindis por la proximidad de Año Nuevo, a mi consulta la derivaban de uno a otro.
Todos estaban de fiesta, nadie mostraba ningún signo que los sacara de su tradicional parsimonia, pasividad y tranquilidad, hasta que uno de ellos me llama y me informa como primicia -en pocos minutos ya era de conocimiento público- que el Gobierno de Paraguay había decidido dar un paso atrás en el traslado de su Embajada a Jerusalén, un verdadero cañonazo que venía desde el lugar menos previsto, cruzó casi 18 mil kilómetros sin que nadie lo detectara. A Benjamín Netanyahu le pegó en lo más sensible.
Su traslado a Jerusalén se gestó casi en forma personal capitalizando la muy buena relación con el saliente Presidente de Paraguay, éste lo hizo cuando ya estaba decidido que finalizaba su mandato y sin consultar con el sucesor, con bombos y platillos se lo dio a conocer, era continuación del éxito por la histórica decisión de Estados Unidos de trasladar la suya, para Netanyahu y su ego eran sus mejores días.
La decisión del Presidente de Paraguay Mario Abdo Benítez de retrotraer todo lo referido al traslado de su embajada de Tel Aviv a Jerusalén se materializó en el máximo silencio y secreto, cualquier filtración previa iba a poner en funcionamiento fuertes presiones no solo desde Israel sino fundamentalmente por parte de los Estados Unidos. Todo funcionó como un reloj suizo, la sorpresa fue total.
Ahora vienen las lecturas a una decisión tan dramática, obviamente que no es casual, es muy meditada fundamentalmente por los mensajes que envía y ser una de las primera que marcan la política del nuevo Presidente, cómo, de quiénes y de cuánto deben haber sido las presiones no es difícil presumir. No hay duda alguna que en la balanza pesaron mucho más que Estados Unidos e Israel juntos.
Como si fuera todo calculado en los tiempos, la reacción fue inmediata. La autoridad palestina ya anunció la apertura de su propia Embajada en Paraguay, la misma es algo más simbólico que formal ya que todos ellos operan libremente en Ciudad del Este, en la zona de la Triple Frontera, Hisbollá y Hamás se mueven con libertad total. Allí disponen de un fuerte punto de apoyo, Irán como cabecera, miles de millones de dólares en negocios especiales que contaminan a todos los países limítrofes.
