Mundo NOVA
A 40 años del acuerdo de paz entre Egipto e Israel

Sadat y Beguín, en "el libro de los grandes"

Al Benjamín Netanyahu de hoy se lo ve tensionado y nervioso, no es el de siempre, acostumbrado a controlar todo, en especial los tiempos. (Dibujo: NOVA).

Desde Israel por Israel Rabinowicz, corresponsal de NOVA

El 19 de noviembre de 1977, el Presidente de Egipto, Anwar Sadat, se convertía en el primer líder árabe en pisar el Estado de Israel y pronunciar un discurso ante la Knesset, su Parlamento. De los participantes de la paz israelí-egipcia, concretada un año después, de esa parte de la historia de Medio Oriente solo queda vivo, cosechando maníes, el ex Presidente Jimmy Carter. De todos ellos me queda el privilegio de haber conocido personalmente a Beguin y Sadat.

El único israelí, y quizás uno de los pocos hombres del mundo que logró entretejer lazos de amistad con Sadat fue, paradójicamente, Ezer Weizman, general de aviación que en su momento llegó a jefe de la fuerza aérea. Luego ya en la política, entre otros importantes cargos a Ministro de Defensa y Presidente de Israel, debió retirarse bajo sospechas de las palabras por hoy muy utilizadas, corrupción y acoso sexual.

Aún antes de esa amistad, él mismo así lo explicó, la impresión que se llevó del "rais" egipcio en su primer encuentro: “Sadat entró a la Knesset, mi primera impresión fue sumamente prosaica, se veía exactamente como en la televisión. Solo el color de su piel era un poco más oscuro de lo que yo pensaba. No logré quitarle los ojos de encima y de repente vi un sueño haciéndose realidad”.

No tenía falsas ilusiones a su respecto, Sadat nunca estuvo entre los amantes de Sión, sin embargo no me quedaba ninguna duda, tras el podio de la Knesset se erguía un hombre con una personalidad fuera de lo común, valiente y con visión política. Sólo alguien con él podría haber recorrido tan imaginario arriesgando su vida.

Tensión y desconfianza era lo que inundaba los aires y el ambiente. Pese a que los servicios de información israelíes habían confirmado la partida del avión desde El Cairo que en su interior transportaba al Presidente Sadat, en el aeropuerto de llegada en Tel Aviv no se dejó nada al azar; se apostaron centenares de francotiradores preparados ante la hipotética situación de que al abrirse las puertas del avión, en lugar de Sadat aparecieran terroristas dispuestos a asesinar a la plana mayor del Gobierno de Israel que al pie de su escalerilla esperaban para brindarle la más cálida y sincera bienvenida.

Su paso de gigante sembró la escisión dentro del mundo árabe, la muerte, su asesinato, previsible, le llegó durante el octavo aniversario de la guerra de octubre, exactamente a la hora en que sus ejércitos comenzaron a cruzar el Canal de Suez.

El hombre que había logrado derrumbar las murallas psicológicas y del odio entre Israel y Egipto, que precipitó el histórico proceso de paz entre dos naciones que se habían enfrentado ya cinco veces, pagó con su vida el precio de esta paz.

En octubre de 1970, poco tiempo después del repentino fallecimiento de Gamal Abdel Nasser es elegido el casi desconocido vicepresidente Sadat para ocupar la presidencia. Tenía 51 años y 18 antes había participado en la "revolución de los oficiales libres " que derrocó al rey Faruk.

En el segundo año de su gobierno expulsó a los innumerables asesores soviéticos invitados a Egipto por su antecesor e inició un acercamiento hacia Occidente, principalmente Estados Unidos y Francia. Hay quienes dicen que ya, con ese paso, había iniciado el camino de la reconquista del Sinai en octubre de 1973 y su apertura hacia la paz. Incluso Egipto es el único país que festeja con un desfile militar la guerra de octubre.

Para el pueblo egipcio fue esa guerra la causa por el cual Israel se vio obligado a aceptar los términos de la paz 4 años más tarde. Para el pueblo egipcio fue Sadat quien le devolvió el honor perdido y fue justamente ello lo que hizo posible la discusión entre iguales en las jornadas de Camp David. Para Israel fue una guerra que aún no cicatrizó, los reproches y acusaciones cruzados, pese a la edad de los protagonistas, son permanentes, demasiados protocolos de esa guerra permanecen secretos sin ver la luz pública.

La paz con Egipto abrió el camino a la otra con Jordania, sin la primera era imposible la segunda. Rabin pudo concretarla porque en ella no había territorios en juego, todo quedaba como estaba pero con una paz acordada de por medio. Está comprobado que en Israel solamente la derecha puede hacer concesiones territoriales, Beguin con Sadat, posteriormente Sharon realizó su aporte.

Sirva esta nota como homenaje a un hombre al que Medio Oriente mucho le debe, queda la impresión que el actual mandatario egipcio Al Sisi intenta, no por amor sino por necesidad y conveniencia, retomar al liderazgo fuerte y decidido de Egipto dentro del mundo árabe, el mismo es fundamental para la estabilidad de la zona, pero solo no puede.

Ahora, 40 años después, parece ser que comienza a generarse, a escribirse otro ciclo político en Oriente Medio, éste ya es zonal, supera al problema palestino israelí, en el medio un conflicto bélico no es descartable, para algunos incluso deseable, los focos incendiarios son varios.

Desde que en enero de 2015 se plasmó en Arabia Saudita el ascenso del príncipe heredero Mohamed Bin Salmán, el hijo predilecto del Rey Salmán, el llamado Reino del Desierto no ha cesado de contaminar el juego en Medio Oriente con la meta de frenar la preponderancia iraní en Irak, en Siria, en Yemen, en Bahréin o en el Líbano. Sangre nueva, neuronas frescas que le advierten que la mejor defensa del régimen es un muy buen ataque preventivo contra aquellos potenciales enemigos, por ello éste paso al frente como principal actor no tiene otra finalidad que preservar sus propios dominios.

Con su aceptación previa será el plan de paz general para Oriente Medio y para los palestinos en particular que el Presidente Donald Trump pretende presentar a toda orquesta después de la formación del próximo gobierno que surja de la elecciones generales en Israel, sin conocer los detalles puntualmente muchos no ya fueron adelantados.

A solo 12 días de las cruciales elecciones generales en Israel, con un Benjamín Netanyahu en su peor momento político personal dentro de Israel, con su estabilidad y permanencia con demasiados signos de interrogación y dudas, con su visión de mundo que pretendía ingresar él también al "libro de los grandes" en los que en letras de oro figuran Ben Gurión, Beguin, Rabin y Sharon, BB se ve reforzado y apoyado por su gran amigo Trump, este hace maravillas incursionando de lleno en las elecciones, reconociendo las Alturas del Golán como territorio israelí y la posible entrega del espía Pollard como gran carta de triunfo.

Pero los tiempos no pasan en vano y a veces los mayores esfuerzos para frenarlos no alcanzan. Netanyahu, con su inteligencia intacta, pero no infalible, diariamente toma conciencia de ello.

Pero aquí Hamás también quiere demostrar que él es mejor jugador que todos, lanza cohetes sobre Israel, Tel Aviv incluido, e inmediatamente dice que fueron lanzados por error, está probando las reacciones de BB, lo hizo regresar de apuro desde los Estados Unidos, le cambió todos sus planes propagandísticos. Hamas decide cuándo y hacia dónde tirar, Hamas luego declara el alto al fuego unilateral, Israel que hace todos los esfuerzos posibles para evitar un ingreso masivo terrestre a la Franja de Gaza, nada hace, como otras muchas veces, libreto repetido, espera y observa, eso sí fuertes declaraciones bélicas de represalias.

Al Netanyahu de hoy se lo ve tensionado y nervioso, no es el de siempre acostumbrado a controlar todo, en especial los tiempos. La puerta grande de salida que el soñaba cada vez se le aleja más, las elecciones pueden marcarle la menos querida, inclusive si gana será muy corto su mandato, estamos conociendo un BB a la defensiva.

Los 12 días que nos separan con las elecciones, si el Hamas lo decide, hasta pueden éstas postergarse ante un conflicto bélico ampliado, este fin de semana será crítico para las tomas de decisiones, ante una situación de guerra allí sí todo el pueblo estará unido, sin divisiones.

Desde Israel por Israel Rabinowicz, corresponsal de NOVA

El 19 de noviembre de 1977, el Presidente de Egipto, Anwar Sadat, se convertía en el primer líder árabe en pisar el Estado de Israel y pronunciar un discurso ante la Knesset, su Parlamento. De los participantes de la paz israelí-egipcia, concretada un año después, de esa parte de la historia de Medio Oriente solo queda vivo, cosechando maníes, el ex Presidente Jimmy Carter. De todos ellos me queda el privilegio de haber conocido personalmente a Beguin y Sadat.

El único israelí, y quizás uno de los pocos hombres del mundo que logró entretejer lazos de amistad con Sadat fue, paradójicamente, Ezer Weizman, general de aviación que en su momento llegó a jefe de la fuerza aérea. Luego ya en la política, entre otros importantes cargos a Ministro de Defensa y Presidente de Israel, debió retirarse bajo sospechas de las palabras por hoy muy utilizadas, corrupción y acoso sexual.

Aún antes de esa amistad, él mismo así lo explicó, la impresión que se llevó del "rais" egipcio en su primer encuentro: “Sadat entró a la Knesset, mi primera impresión fue sumamente prosaica, se veía exactamente como en la televisión. Solo el color de su piel era un poco más oscuro de lo que yo pensaba. No logré quitarle los ojos de encima y de repente vi un sueño haciéndose realidad”.

No tenía falsas ilusiones a su respecto, Sadat nunca estuvo entre los amantes de Sión, sin embargo no me quedaba ninguna duda, tras el podio de la Knesset se erguía un hombre con una personalidad fuera de lo común, valiente y con visión política. Sólo alguien con él podría haber recorrido tan imaginario arriesgando su vida.

Tensión y desconfianza era lo que inundaba los aires y el ambiente. Pese a que los servicios de información israelíes habían confirmado la partida del avión desde El Cairo que en su interior transportaba al Presidente Sadat, en el aeropuerto de llegada en Tel Aviv no se dejó nada al azar; se apostaron centenares de francotiradores preparados ante la hipotética situación de que al abrirse las puertas del avión, en lugar de Sadat aparecieran terroristas dispuestos a asesinar a la plana mayor del Gobierno de Israel que al pie de su escalerilla esperaban para brindarle la más cálida y sincera bienvenida.

Su paso de gigante sembró la escisión dentro del mundo árabe, la muerte, su asesinato, previsible, le llegó durante el octavo aniversario de la guerra de octubre, exactamente a la hora en que sus ejércitos comenzaron a cruzar el Canal de Suez.

El hombre que había logrado derrumbar las murallas psicológicas y del odio entre Israel y Egipto, que precipitó el histórico proceso de paz entre dos naciones que se habían enfrentado ya cinco veces, pagó con su vida el precio de esta paz.

En octubre de 1970, poco tiempo después del repentino fallecimiento de Gamal Abdel Nasser es elegido el casi desconocido vicepresidente Sadat para ocupar la presidencia. Tenía 51 años y 18 antes había participado en la "revolución de los oficiales libres " que derrocó al rey Faruk.

En el segundo año de su gobierno expulsó a los innumerables asesores soviéticos invitados a Egipto por su antecesor e inició un acercamiento hacia Occidente, principalmente Estados Unidos y Francia. Hay quienes dicen que ya, con ese paso, había iniciado el camino de la reconquista del Sinai en octubre de 1973 y su apertura hacia la paz. Incluso Egipto es el único país que festeja con un desfile militar la guerra de octubre.

Para el pueblo egipcio fue esa guerra la causa por el cual Israel se vio obligado a aceptar los términos de la paz 4 años más tarde. Para el pueblo egipcio fue Sadat quien le devolvió el honor perdido y fue justamente ello lo que hizo posible la discusión entre iguales en las jornadas de Camp David. Para Israel fue una guerra que aún no cicatrizó, los reproches y acusaciones cruzados, pese a la edad de los protagonistas, son permanentes, demasiados protocolos de esa guerra permanecen secretos sin ver la luz pública.

La paz con Egipto abrió el camino a la otra con Jordania, sin la primera era imposible la segunda. Rabin pudo concretarla porque en ella no había territorios en juego, todo quedaba como estaba pero con una paz acordada de por medio. Está comprobado que en Israel solamente la derecha puede hacer concesiones territoriales, Beguin con Sadat, posteriormente Sharon realizó su aporte.

Sirva esta nota como homenaje a un hombre al que Medio Oriente mucho le debe, queda la impresión que el actual mandatario egipcio Al Sisi intenta, no por amor sino por necesidad y conveniencia, retomar al liderazgo fuerte y decidido de Egipto dentro del mundo árabe, el mismo es fundamental para la estabilidad de la zona, pero solo no puede.

Ahora, 40 años después, parece ser que comienza a generarse, a escribirse otro ciclo político en Oriente Medio, éste ya es zonal, supera al problema palestino israelí, en el medio un conflicto bélico no es descartable, para algunos incluso deseable, los focos incendiarios son varios.

Desde que en enero de 2015 se plasmó en Arabia Saudita el ascenso del príncipe heredero Mohamed Bin Salmán, el hijo predilecto del Rey Salmán, el llamado Reino del Desierto no ha cesado de contaminar el juego en Medio Oriente con la meta de frenar la preponderancia iraní en Irak, en Siria, en Yemen, en Bahréin o en el Líbano. Sangre nueva, neuronas frescas que le advierten que la mejor defensa del régimen es un muy buen ataque preventivo contra aquellos potenciales enemigos, por ello éste paso al frente como principal actor no tiene otra finalidad que preservar sus propios dominios.

Con su aceptación previa será el plan de paz general para Oriente Medio y para los palestinos en particular que el Presidente Donald Trump pretende presentar a toda orquesta después de la formación del próximo gobierno que surja de la elecciones generales en Israel, sin conocer los detalles puntualmente muchos no ya fueron adelantados.

A solo 12 días de las cruciales elecciones generales en Israel, con un Benjamín Netanyahu en su peor momento político personal dentro de Israel, con su estabilidad y permanencia con demasiados signos de interrogación y dudas, con su visión de mundo que pretendía ingresar él también al "libro de los grandes" en los que en letras de oro figuran Ben Gurión, Beguin, Rabin y Sharon, BB se ve reforzado y apoyado por su gran amigo Trump, este hace maravillas incursionando de lleno en las elecciones, reconociendo las Alturas del Golán como territorio israelí y la posible entrega del espía Pollard como gran carta de triunfo.

Pero los tiempos no pasan en vano y a veces los mayores esfuerzos para frenarlos no alcanzan. Netanyahu, con su inteligencia intacta, pero no infalible, diariamente toma conciencia de ello.

Pero aquí Hamás también quiere demostrar que él es mejor jugador que todos, lanza cohetes sobre Israel, Tel Aviv incluido, e inmediatamente dice que fueron lanzados por error, está probando las reacciones de BB, lo hizo regresar de apuro desde los Estados Unidos, le cambió todos sus planes propagandísticos. Hamas decide cuándo y hacia dónde tirar, Hamas luego declara el alto al fuego unilateral, Israel que hace todos los esfuerzos posibles para evitar un ingreso masivo terrestre a la Franja de Gaza, nada hace, como otras muchas veces, libreto repetido, espera y observa, eso sí fuertes declaraciones bélicas de represalias.

Al Netanyahu de hoy se lo ve tensionado y nervioso, no es el de siempre acostumbrado a controlar todo, en especial los tiempos. La puerta grande de salida que el soñaba cada vez se le aleja más, las elecciones pueden marcarle la menos querida, inclusive si gana será muy corto su mandato, estamos conociendo un BB a la defensiva.

Los 12 días que nos separan con las elecciones, si el Hamas lo decide, hasta pueden éstas postergarse ante un conflicto bélico ampliado, este fin de semana será crítico para las tomas de decisiones, ante una situación de guerra allí sí todo el pueblo estará unido, sin divisiones.

Lectores: 82

Envianos tu comentario