Opinión
Panorama Político Nacional

Prieto, Abdo, Velázquez y el PLRA

Miguel Prieto, nuevo intendente de CDE (Dibujo:NOVA).

Por José Maria Quevedo

La derrota en CDE golpeó de igual manera a colorados y liberales aunque deberían ser estos últimos los más preocupados a mediano y largo plazo.

Para Abdo se trata de un duro revés en la ciudad que representa el stronismo “bueno” que el presidente tanto reivindica (Itaipú, la marcha hacia el este, etc…) y que quizás haya sido la que con más recursos contribuyó a su campaña gracias a la afinidad de su vicepresidente con los “empresarios” esteños.

A esto hay que agregarle su compromiso con el proceso que terminó con 15 años de zacariismo y que lo llevó a amenazar con sumarse a la manifestación contra la corrupción comunal convocada en su momento contra el “clan”.

Hugo Velázquez intentó tomar distancia del fracaso diciendo que no se trató de una derrota personal sino “del partido”.

“Los que conocen de lo que me fui a hacer a Ciudad del Este era sacar un candidato de Añetete para enfrentar al otro sector de la ANR. No me fui a imponer ningún candidato, hice valer el resultado de tres encuestas en las cuales todos los candidatos medidos reconocieron la voluntad expresada en esas mediciones, y no fue ningún error porque ganamos las internas. La segunda parte de mi responsabilidad era unir a la ANR y lo hice. No hice campaña en las elecciones generales” le dijo a UH.

Sin embargo, la victoria de Miguel Prieto no deja de ser un contratiempo en su ambicioso proyecto de construcción de poder que frustra “momentáneamente" su intención de controlar un punto clave en el mapa geopolítico regional: la triple frontera.

Para el PLRA es una alerta que debería obligarlos a reflexionar sobre la manera en que eligen a sus candidatos y analizan los escenarios electorales.

El resultado obtenido en CDE (perdieron 20 mil votos respecto a 2015 sin haber estado ligados directamente al “clan” Zacarías) les dice con letras bien grandes que deben abandonar la “politiqueria” que los conduce inexorablemente a la derrota y transformarse en un partido político del Siglo XXl capaz de analizar e interpretar las demandas de la sociedad y el electorado de manera eficaz.

Entre otras cosas tendrán seguramente que terminar de “inventar” métodos de elección que no otorgan legitimidad a sus candidatos como las “comisiones de notables”, las “urnas delivery" o los acuerdos de cúpula y volver a las confrontaciones electorales que tanta legitimidad le dieron (por ejemplo) a Domingo Laíno en los 90.

Por último un párrafo para los grupos políticos que podrían haber capitalizado el descontento general y que fueron espectadores de lujo sin la más mínima incidencia electoral como el Frente Guasu, el PDP, el febrerismo y otros tantos movimientos y partidos que cumplieron un papel testimonial en las elecciones que por primera vez en 62 años llevaron a un NO COLORADO a la intendencia de CDE.

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