Evidentemente, al amigo Dionisio le cuesta entender como aquellos que lo veneraban y le respondían de manera incondicional, de un día para el otro lo limpiaran como una ajo del lugar en el que era (como dice Pep Guardiola) “el puto amo”.

Amarilla dice que ahora se comunica “con su pueblo” de manera directa, sin intermediarios, en lo que sería una especie de Lula con sobrepeso fabricado en el Mercado 4.

Este jueves, le dijo a Ñanduti que su salida del Congreso se debió a una “conspiración política” urdida por ABC Color y Efraín Alegre. Dijo textual:

“ABC Color ha gavillado con el llorón de Efraín Alegre, con su compañera de intringulis Desirée Masi y por sobre todas las cosas con estos partiditos de maletín, el PPQ y Hagamos”.

A la hora de establecer responsabilidades, no dudó:

“Del 1 al 10, ABC es responsable 10 de mi salida del Senado. Todo responde a una conspiración política que ni se imaginan de donde proviene”

El expulsado dijo que pedirá la inconstitucionalidad del proceso que lo sacó del Senado y que seguirá adelante con la denuncia por difamación y calumnias que le entabló al periodista de ABC, Juanki Lezcano. Dijo además que de ser necesario, llegará a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), porque “la República no puede manejarse de la manera en que lo hizo el 6 de junio” (es decir, el día que lo echaron a patadas del Congreso).

“Nunca estuve investigado ni imputado. Esto lo resolvieron a tambor batiente, no con criterio político, sino con un criterio caprichoso. No vamos a permitir que nos mancillen el nombre, ni la reputación, ni años de servir a la patria solamente por la coyuntura política” proclamó el nuevo héroe latinoamericano despojado injustamente de todo su poder.