Mundo NOVA
¿Mensaje subliminal?

Desde el Reino Unido alertan que la vacuna contra el Covid-19 está compuesta por células de un bebe abortado

Organizaciones católicas y provida han estado abogando contra la investigación que utiliza durante años partes del cuerpo de un bebé abortado.

El Reino Unido encendió las alarmas tras la explicación de un médico que enfatizó en que la vacuna contra el coronavirus tendría células de un bebe abortado.

Anthony McCarty, médico pro-vida del Reino Unido, habló sobre las preocupaciones morales: “Para los que vemos el aborto original como la toma injustificada de la vida del niño por nacer, tal uso de los productos del aborto, incluso una línea celular derivada del tejido original, corre el riesgo de enviar un mensaje social dañino respecto al valor de la vida humana inicial”.

Además, explicó que “incluso los que no se oponen a todo aborto bien pueden tener serias y sustanciales preocupaciones morales sobre las prácticas que parecen tratar en forma oportunista los restos de un niño por nacer que ha sido abortado”.

Algunas vacunas se están desarrollando sin el uso de líneas celulares fetales, las cuales pueden incluir células vegetales o animales: células de insectos, plantas de tabaco y ovarios de hamsters. Un equipo del Imperial College de Londres está trabajando en una vacuna “sintética”, es decir, con un método “libre de células”. No hay preocupaciones provida con estas vacunas. Otros investigadores que utilizan también líneas celulares de bebés abortados incluyen a CanSino Biologics, Inc. y al Instituto de Biotecnología de Beijing y a la Universidad de Pittsburgh. Algunos están usando una línea celular de un bebé que fue abortado en algún momento alrededor de 1972, mientras que otros están usando uno de un bebé que fue abortado en 1985.

Organizaciones católicas y provida han estado abogando contra la investigación que utiliza durante años partes del cuerpo de un bebé abortado. Durante la crisis del coronavirus renovaron pedidos a los científicos para que cumplan con las normas éticas básicas en sus esfuerzos por salvar vidas. En forma personal se expresó en esa misma línea el arzobispo Joseph Naumann, presidente del Comité sobre Actividades Provida de la Conferencia Episcopal: “Todos queremos una vacuna, nos damos cuenta de que eso es importante para nuestra salud pública, pero también queremos una vacuna que no tenga problemas éticos en la forma en que se desarrolla”. Entonces ¿el aborto salva vidas?

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