La Presidencia de la Delegación de Paraguay ante el Parlamento del Mercosur presentó un pronunciamiento en el que expresa su preocupación por el conflicto desatado en Ñacunday y cuestiona la supuesta parcialidad del ejecutivo en favor de los Carperos. Sin embargo, los parlasurianos por Paraguay no se cuidan de revelar “su” parcialidad en favor de los colonos, al parecer las únicas víctimas de esta, por lo menos, compleja situación.
El documento señala textualmente que lo grave “es que el Poder Ejecutivo abierta y descaradamente ampara a los grupos campesinos que sin respaldo legal y judicial reclaman la posesión de extensas superficies inmobiliarias” y exige “modificar su desenfadada gestión parcial y asumir de inmediato una posición equilibrada que concilie los intereses de las partes en contienda”.
Sin embargo, y más allá del pedido de equilibrio al ejecutivo, se inclina por deslegitimar el reclamo de Carperos al solicitar la inmediata “expulsión pacífica de las inmediaciones del foco de disputa de quienes exaltados por la prédica falsa e interesada de funcionarios públicos, dirigentes políticos y gremiales radicalmente opuestos a la doctrina de la libertad y de los derechos individuales, obran sin el menor discernimiento, alimentados por los inescrupulosos que lucran impune y despreciablemente con las precariedades de humildes conciudadanos rurales que incautamente someten su voluntad a rastreros liderazgos”.
Argumentos
Los parlasurianos afirman que “Los extranjeros residentes en las franjas limítrofes en gran mayoría están plenamente arraigados en el país, son laboriosos productores que contribuyen decididamente a la economía nacional con rubros destinados al consumo interno y a la exportación, que generan puestos de trabajo a numerosos compatriotas” dato que contrasta notablemente con lo observado por NOVA en la recorrida por la zona, que pudo comprobar que los puestos de trabajo que genera la agricultura mecanizada no solamente son pocos, sino que son acaparados por brasileros.
El documento también hace referencia a la ley de seguridad fronteriza: “El argumento de que los colonos brasileños ocupan superficies enmarcadas dentro del cinturón de seguridad fronteriza, no es suficiente y contundente a la hora de exigir la expropiación u ocupación por la fuerza de esas fincas, habida cuenta que sus dueños echaron raíces en nuestro territorio, consideran al Paraguay su patria de adopción y su actividad agrícola y ganadera, reiteramos, generan riqueza y empleo al interior de nuestra geografía”.
