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Franco, sumo pontífice de la Monsanto

Desesperado intento de Federico por defender lo indefendible

Fedrico y su homilía en favor de los transgénicos.

En un desesperado intento por defender una de las políticas más cuestionadas de su gobierno, Franco interrumpió la homilía de Monseñor Melanio Medina para defender la utilización de semillas transgénicas en el país.

Ante la sorpresa de los presentes, Franco tomó el lugar de Medina y realizó su propia homilía en favor de los productos de la multinacional Monsanto.

Aunque pidió al sacerdote una explicación científica que confirme el daño de las semillas transgénicas, él no fue capaz de ofrecer una prueba del mismo tenor a la hora de defender su utilización, y se respaldó en Dios para justificar el cultivo: “Son algo de Dios a través de la ciencia y de la tecnología" afirmó Federico, para luego poner en evidencia su ignorancia respecto a los transgénicos y la empresa que los produce y comercializa.

"Usted cree que si los transgénicos van a perjudicar la salud o al ambiente, piensa que yo haría algo parecido, si usted presenta un solo documento de una autoridad que demuestren que los transgénicos van a perjudicar la vida o la salud, nosotros vamos a cambiar de actitud" afirmó el mandatario que ya debería entonces revisar su posición, ya que por ejemplo, la multinacional Monsanto debió indemnizar no hace mucho a todo el pueblo de Aniston (EEEUU) por la suma de 700 millones de dólares debido a la contaminación ambiental causada por el PCB que producía.

Este caso es emblemático ya que la empresa tenía documentos y pruebas científicas que comprobaban la toxicidad de este producto y decidió ocultarlas deliberadamente con el objetivo de evitar pérdidas económicas.

Pero además de ignorar el oscuro pasado de quién monopoliza el negocio de semillas transgénicas, lo más grave quizás sea que Federico y el gobierno que encabeza no tienen en cuenta el impacto social que los cultivos intensivos ocasionan.

Mayor eficiencia equivale a menos mano de obra. Menos mano de obra a migración masiva.

Además, el modelo agro empresarial no fue diseñado para darle oportunidades al pequeño productor sino más bien para aniquilarlo, ¿O ustedes conocen algún agricultor que cultive tres hectáreas de soja o maíz? Lo mismo pasará con el algodón.

Federico sí tiene razón al afirmar que se multiplicará la productividad, aunque no aclara que esto se dará con una menor cantidad de productores.

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