Lo, altamente fue ver al abogado de la defensa de Moria Casán, el mediático Matías Morla brindando con unos tragos en la disco Ink junto al abogado paraguayo el pasado viernes por la noche.

¿Qué festejan los doctores Morla y Rodríguez en la foto?

¿Será cierto que Moria al enterarse del encuentro público de su defensor montó en cólera y lo apercibió por su conducta?

Morla, según dicen en su fuero íntimo, cree que con dinero y siendo amable con su colega se resuelve la causa y se comenta por los pasillos de tribunales que en primera instancia, cree tener “arreglado” al juzgado de Morón pare que falle a su favor negando la extradición de Casán al Paraguay.

Por otro lado los que conocen a Carlos Rodríguez dicen que los agravios de Moria hacia su persona y al pueblo paraguayo (ninguneándolos y tildándolos de “absurdos y de tener una gran sobredosis de tereré” en vivo en el programa de Marcelo Tinelli) aseguran que no hay vuelta atrás y que Casán padecerá el mismo calvario de su asistente Galo Alexis Sotto.

Es decir repetirá cada paso, será detenida, deberá asumir la apropiación indebida de la costosa joya y deberá reparar el daño moral asistiendo al Paraguay cada tres meses a pagar un resarcimiento a una entidad de bien público. Y aún así logrando no ser extraditada, la captura internacional seguirá vigente hasta tanto Moria cese su rebeldía y se presente en los Tribunales del Paraguay.

¿Quién festejará, finalmente, en el mentado brindis de los letrados en danza?