Nacionales
Cinco mil personas reclamaron justicia

Federico en su peor momento

El Pai Oliva encabezó la multitudinaria marcha por el centro asunceno.

A seis meses de haber asumido como jefe de Estado, Federico Franco parece sufrir el desgaste de un primer mandatario que lleva cinco años en el poder.

Sus políticas de mano dura, completamente antipopulares, que incluyen la entrega de los recursos naturales al capital extranjero y la protección a los grupos de poder, lo han distanciado definitivamente de un pueblo del que nunca estuvo cerca.

Ayer, más de cinco mil personas marcharon por las calles céntricas de Asunción exigiendo el esclarecimiento de los sucesos de Curuguaty y justicia para los detenidos por la Masacre.

La manifestación encabezada por el Pai Oliva y el emblemático político liberal Domingo Laíno, se desplazó desde la Plaza Uruguaya hasta la Fiscalía General del Estado, donde una fuerte de dotación de policías y antimotines protegían el edificio.

Desde el Ministerio Público se dirigió hasta el Panteón de los Héroes, donde se realizó el acto central en el que familiares de las víctimas del 15J pidieron justicia al gobierno de Franco.

Llamó la atención la solidaridad de aquellos que se vieron afectados por el paso de la manifestación, que en vez de protestar como es habitual, bocinaron, agitaron banderas y alentaron en cada esquina a los marchistas.

El repudio a la actuación del Fiscal de la causa Jalil Rachid, al juez José Benítez y el gobierno de Federico, fue una constante durante toda la manifestación.

Franco liquida posibilidades de triunfo liberal en 2013

El rechazo a las políticas de su gobierno es general. Basta con escuchar la opinión de los cientos de trabajadores del Mercado 4, de las señoras que se ganan el pan de cada día cruzando mercaderías desde Clorinda, o intercambiando un breve diálogo con un colectivero o un taxista.

Ni que decir si levantamos el teléfono y le consultamos como está todo a algún dirigente campesino del interior del país. “Todos los días hay un nuevo desalojo violento. El juez saca la orden, el fiscal monta un operativo como para la guerra y la policía arrasa con todo. Aquel que se quiera resistir termina preso o imputado. Este gobierno no respeta nada ni a nadie” dice un importante dirigente de la zona de San Pedro.

“Lugo podía ser una bandido con las mujeres, pero con él teníamos remedios gratis. Al otro día de asumir Federico, todo eso se terminó” dice una de las tantas mujeres que cruza a diario el Rio Paraguay para buscar mercaderías en Clorinda que revenderá en Asunción haciendo una diferencia que le permitirá llegar a mañana, momento en que volverá a subirse a la balsa para ir en búsqueda de la platita que le permitirá sobrevivir un día más.

“Esto es un desastre, Federico parece que quiere terminar con los pobres, pero matándolos de hambre. Nunca más voto a un liberal” dice la mujer que la acompaña.

Federico, la obra

Durante su breve periodo de gobierno, Federico autorizó el cultivo y la comercialización del algodón y el maíz transgénico de la multinacional Monsanto. Firmó un contrato leonino con las transnacionales Crescent Oil y President Energy para que exploren y extraigan petróleo del Chaco. Desde que asumió ha hecho lo imposible para que la procesadora de aluminio Rio Tinto Alcán se instale en el país, pese el fuerte rechazo de la sociedad en general que entiende que la empresa vendrá al Paraguay a robarse la energía que le corresponde al pueblo paraguayo.

Rechazó de plano otorgar un aumento a los empleados estatales. No hizo nada por detener la Ley de Educación superior que terminará por privatizar al educación. Apoyó la creación del FONACIDE, un organismo que le entregará alrededor de cien millones de dólares a una ONG para que implemente en el país un programa que ha fracasado en el mundo entero: Una Computadora por Niño.

Su Ministro de Economía, Manuel Ferreira Brusquetti, se opuso tajantemente a la puesta en vigencia de un impuesto a la exportación de granos en estado natural que elevaría la recaudación impositiva de manera exponencial y que se transformaría en la principal herramienta para distribuir la enorme riqueza que genera el sector agroexportador pero que no llega a los más necesitados.

Su ministro del Interior, Carmelo Caballero, "Montanaro'i" (como le llaman ahora) cuenta con carta blanca para utilizar la fuerza a lo largo y ancho del país. Jueces y fiscales, lo mismo para ordenar detenciones y desalojos donde lo consideren necesario.

Paraguay, diciembre del 2012; mientras Federico Franco se cree presidente de todos los paraguayos, los Colorados preparan el desembarco.

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