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Transmitió los asesinatos por WhatsApp

Horror en Capiatá: drogado y borracho, un policía mató a sus dos hijos, sus suegros, su cuñada y se suicidó

La casa del horror.

Sucedió durante la madrugada de este viernes en Capiatá cuando Isidro Casco Salinas (31), llegó a la vivienda a bordo de una moto, abrió la puerta a patadas y disparó contra todos.

La primera víctima fue su suegro, Alberto de la Cruz Riveros Benítez (51), la siguiente su suegra, Amalia Portillo (50) y luego fueron asesinados sus propios hijos, Amalia Casco Romero (2) y Amilcar Casco Romero (1) y a su cuñada, Liliana Maribel Gómez (16).

Otras dos personas lograron sobrevivir y fueron trasladadas de urgencia al Hospital de Trauma. Tras cometer el crimen, Salinas se suicidó.

Según el reporte, el agente policial transmitió el crimen a través de una videollamada que realizó con su madre residente en España.

El hecho se registró en el callejón Cerrito casi San Diego del barrio San Miguel de Capiatá, Departamento Central.

Testigo del horror

Una de las sobrevivientes contó a la 1080 AM que los tres hijos y el hijo más pequeño del suboficial se encontraban en un dormitorio y que sus tíos, sus primos y la menor de 2 años estaban en otra habitación.

Cuando oyó los primeros disparos se encerró, pero el hombre tumbó la puerta de una patada.

“Mis hijos se arrodillaron frente a él y le pidieron que por favor no haga nada, que su hijo de 1 año estaba durmiendo con nosotros. Salió y volvió a entrar en la pieza donde ya le mató a todos”, relató.

La mujer dijo que su hija, de 16 años, agarró al bebé y se predispuso para salir a pedir ayuda. Sin embargo, el suboficial la sorprendió y disparó en la cabeza a su propio hijo, frente a los ojos de la adolescente.

Luego, el policía salió de la vivienda y se quitó la vida. Todo esto ocurrió mientras el autor transmitía en vivo mediante una videollamada a su madre, quien se encuentra en España.

Alucinado, borracho y depresivo

La mujer dijo que el hombre estaba "fuera de sí" y que, aparentemente, se encontraba bajo los efectos de estupefacientes.

"Él era consumidor de cocaína, pero nunca nos amenazó ni atropelló la casa", precisó.

Agregó que desconoce el trasfondo del crimen.

Beatriz Romero, de 22 años, vive y trabaja en Málaga desde hace aproximadamente ocho meses. Este viernes recibió, por medio de su suegra, la noticia devastadora del asesinato de sus hijos y sus padres en la ciudad de Capiatá, en manos de su pareja, un efectivo policial.

También en contacto con la AM 1080, la joven comentó que tan solo dos horas antes mantuvo una conversación con el hombre y su mamá y que notó que el efectivo policial estaba bastante alterado e insistía en que ambas retornaran al país lo antes posible, ya que, aparentemente, el suboficial pasaba por un cuadro depresivo.

“Hace un mes que cambió rotundamente. Ya no quería ver a sus hijos, tomaba y no se sentía a gusto en su casa ni en su trabajo”, contó la mujer al tiempo de señalar que el uniformado también sufría de alucinaciones.

Consternada por lo ocurrido, la madre de los niños asesinado añadió que cuando recibió la noticia llamó inmediatamente a su hermana. En ese momento, la joven se encontraba herida, pero logró atenderla.

“Mi hermana estaba herida, me dijo que sentía mucho dolor y no podía respirar. Ahí confirmé que realmente había matado a mi familia”, expresó.

Beatriz relató que su suegra no pudo determinar con rapidez y nitidez lo que estaba aconteciendo, ya que las imágenes transmitidas desde la escena del crimen eran muy oscuras.

Sin embargo, el suboficial acercó el móvil hasta el sitio donde yacía el cuerpo sin vida de su hija de 2 años y mostró a su madre lo que había hecho con la menor.

“Nunca amenazó con hacer daño a los niños, pero sí con hacerse daño él. Yo creo que tenía una depresión. Cuando vine a España él empezó a ser así, tomaba, se descontrolaba y alucinaba cosas”, señaló la mujer.

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