Fue él quien tomó la iniciativa para sancionar a Payo ante el temor de sus colegas.

“Todos querían suspenderlo pero nadie se animaba a pedir la sanción” reveló un allegado al influyente senador.

Y el último miércoles, “alineó” a la tropa de Añeteté cuando la falta de votos para destituir al contralor hacían pensar que dejar sin quórum la sesión era mejor alternativa.

Kalé no había ”operado” codo a codo los últimos días con el vicepresidente Hugo Velázquez para que la destitución de Garcia se le escapara por uno o dos votos. Por eso se dirigió al sector de los Añetéte “ñembo” independientes y convenció a Lilian, Mirtha y Juan Carlos (Samaniego, Gusinsky y Osorio) de que lo mejor era terminar con el asunto ese mismo día.

Victor Ríos se encargó de Fidel Zavala, Arrúa y Rasmussen y el exprocurador luguista no tuvo otra que presentar su renuncia.

La voluntad de Kalé fue más poderosa incluso que la del presidente Abdo que por segunda vez en la semana había “bajado línea” por la destitución a sus senadores.

Del otro lado quedaban saboreando la derrota Blas Llano, Fernando Lugo y Sixto Pereira, estos dos últimos que “a su manera” intentaron en vano “salvar” al ahora excontralor.

Velázquez, el “anti-florero”

“Sin Velázquez, Marito no llegaba a la presidencia” dice un destacado miembro de la Cámara Alta, que agrega:

“Está lejos de ser un vice florero y estoy seguro que su objetivo es ser presidente en 2023”.

Durante la última semana, Hugo Velazquez ejerció todo su poder para colocar a un leal como Camilo Benítez al frente de la Contraloría, organismo “clave” en el sistema de gobierno.

Sin la “quirúrgica” intervención de Kalé y el vicepresidente, la destitución de Garcia no hubiese sido posible.