Campesinos, indígenas y sectores populares no tuvieron participación en la elaboración del programa papal en Paraguay. Deliberadamente excluidos, las personas que podrían haberle ofrecido a Francisco un panorama real de lo que sucede en el país, tendrán apenas diez minutos para exponer su visión en el multitudinario encuentro de la sociedad civil con el Papa. Su escueta exposición será “una más” de las tantas que Francisco escuchará en el León Condu.

La máxima autoridad eclesial se irá del país sin saber que el ejército asesina (y tortura) civiles en el norte, que la policía reprime campesinos, que el gobierno de Cartes no distribuye tierras sino que contribuye a su mayor concentración, que las comunidades indígenas son desplazadas por el avance sojero-ganadero y que las autoridades que organizaron la rifa que financió parte de su viaje son quienes exigen mano dura contra la gente pobre que reclama una vida más justa.