En casa, mis tres hijos se reunieron en el salón, mi esposa mira y comenta los preparativos del espectáculo: todos son partidarios del Barcelona.

De repente en el ángulo superior derecho de las pantallas en todos los canales, en tiempo real, las conocidas rayas naranja en cuyo interior figuran los números de las zonas sobre los que los cohetes disparados desde Gaza están dirigidos, las sirenas de peligro a pleno sonando en esas zonas, un volver a vivir.

Fueron tres cohetes, nada especial en un país ya acostumbrado al goteo de éste tipo de lanzamientos, en los últimos 10 días tres veces se repitió el acontecimiento.

En todos, siempre Hamas en forma inmediata, a través de Egipto, le hizo saber a Israel que nada tienen que ver con ellos, que son parte de una lucha interna entre diferentes grupos, principalmente el Yihad mundial y el local que operan dentro de Gaza, obviamente con ideologías diferentes.

Luchan contra el Hamás que está intentando controlarlos primero y destruirlos después. Paradojas de la vida en Medio Oriente: de repente Hamas juega del mismo lado que Israel, en ésta son aliados.

En esa guerra interna dentro de los diferentes grupos en Gaza, para obligar a Hamás a frenar esos ataques contra ellos, las detenciones y asesinatos de sus integrantes, se pasan de bandos según quién pague más.

Nadie tiene idea para quienes lucha y entrega su vida, mucho menos el por qué y para que, siempre lo mejor es atacar a Israel. Intentan, esperan que la respuesta de éste encadene un conflicto mayor en donde se olviden de ellos.

Los cohetes que en algún momento caerán sobre Israel en manos de cualquier grupo, mini grupo (todos tienen) muestran lo muy difícil que resulta poder prevenir, anticiparse a los hechos, no hay servicio de información que lo pueda prever con un 100% de efectividad, Israel dispone de uno de los mejores del mundo, no puede garantizar el hermetismo.

Y desde el norte 120.000 ojos de cohetes del Hisballá miran hacia el sur, lo que sucederá con Siria será definitorio, detrás de todo está Irán.

Arde el país

Fue un fin de semana y el comienzo de ésta en donde los conocidos problemas limítrofes, nada nuevo salvo la zigzagueante situación en Siria que según avancen los días pueden modificar todo el panorama norte de Israel, ya se sabe que las chispas aquí son expansivas y que el calor, en éstos momentos entre 45/50 grados en la sombra, no solo calienta el suelo.

Fue un fin de semana en donde las expresiones del Gerente General de Orange Internacional en contra de Israel, invitando indirectamente a boicotearlo, hicieron explosión, dieron pie a que durante horas ése fuera el tema.

En pocas horas, pese a sus categóricas expresiones de abandonar Israel independientemente a los contratos firmados; pasó a solicitar disculpas, a decir que quiere a Israel y que nunca la abandonará.

Para apoyarlo e intentan bajar el voltaje, Netanyahu recibió los llamados del ministro de Exteriores francés y del primer ministro; son sólo parte de los costos personales que ése estúpido ejecutivo francés pagará por su incontinencia verbal.

Todo indica que ahora deberá llegar a Israel para disculparse públicamente, arrodillarse, será parte de su personal caída. En el medio, las inmediatas reacciones en los Estados Unidos.

Como siempre, el imperio yanqui

Sheldon Edelson, el mayor aportante republicano y Haim Saban, íntimo amigo de los Clinton y también máximo aportante de los demócratas, en forma conjunta organizaron en Las Vegas un congreso anti boicot. Los resultados están a la vista, se movieron mucho más rápido que las reacciones políticas.

Pero éste tema del boicot de Orange solo hizo sacar a la luz otros muchos más inteligentes que se mueven con el silencio como apoyo, son muy muchos, duelen y afectan, económicamente nada, es una cuestión de imagen, en lo académico, en lo cultural, una fuerte campaña internacional que nunca sabe diferenciar anti israelí y antisemitismo.

Mientras tanto Israel responde con un inexistente Ministerio de Relaciones Exteriores vacante, sin ministro, seguramente en espera de algo que llame a un gobierno de coalición nacional en cuyo caso lo ocupará Hertzog, líder de la oposición. Un ministerio cuyas facultades y funciones están divididas entre otros siete ministerios.

Créase o no, todavía dentro de tanto desorden e improvisaciones, como se dice que estamos más cerca de Dios, hay cosas que funcionan.