La industria turística paraguaya aún es incipiente -apenas representa un 1,5 por ciento del PIB-, pero este país, uno de los grandes desconocidos del Cono Sur, espera duplicar los ingresos procedentes de este sector en tan solo 10 años gracias a un plan para mejorar la accesibilidad e infraestructuras, potenciar la inversión empresarial y promocionar su imagen de marca.

Según explicó la ministra de Turismo, Liz Cramer, “hasta ahora nadie había puesto de su parte para que Paraguay fuera relacionado con el turismo, pero poco a poco, va tomando el lugar que le corresponde y en 2018 esperamos alcanzar el millón de visitantes”.

Cramer espera que la partida del PIB procedente del turismo pase de los 206 millones de dólares de 2009 a 500 millones en 2018 y que las labores de promoción vayan mejorando la imagen del país y dándolo a conocer “a un tipo de turista, que no busca destinos masificados, pero que tiene curiosidad por conocer uno de los países más genuinos de Latinoamérica”.

Aunque reconoce que la industria agraria y el sector energético seguirán siendo en el futuro los grandes motores de la economía paraguaya, Cramer cree que el sector turístico podría posicionarse como la séptima u octava fuente de ingresos más importante del país en los próximos años.

Su gran riqueza fluvial, con paisajes que van de lo agreste del Chaco Americano a los bosques tropicales que predominan en el este del país, sirven de marco a un ecoturismo que se puede complementar con un recorrido cultural e histórico por el pasado cultural de Paraguay a través de las rutas por las misiones jesuíticas.

“Paraguay es uno de los países más homogéneos del continente, con una población mestiza en la que apenas hay diferencias raciales, pero que ha sabido mantener las raíces indígenas manteniendo el idioma guaraní, que es lengua cooficial del país junto al español”, comentó la ministra.

Sin embargo, también existen todavía tribus indígenas que mantienen sus costumbres ancestrales y que colaboran en un programa para dar a conocer a los visitantes su día a día.

“Se trata de un programa muy incipiente, solo contamos con tres tribus que colaboran, porque tratamos de ser respetuosos con sus costumbres”, comentó Cramer.

La riqueza forestal de sus parques nacionales, la diversidad animal (propicia para actividades como el avistamiento de aves), y la posibilidad de disfrutar de la modernidad de una oferta hotelera en constante renovación son los puntos fuertes de Paraguay para atraer a los turistas europeos.

Sin embargo, Paraguay busca además atraer a visitantes de sus países vecinos en escapadas de fin de semana para disfrutar de la naturaleza, asistir a eventos culturales como conciertos o, simplemente, hacer compras a un precio un 20 por ciento inferior al de los países de la zona en productos electrónicos o perfumería.

En 2011, Paraguay celebra el bicentenario de su independencia, una fecha para la que Cramer confía en que, a las rutas aéreas procedentes de Europa que llegan al país tras hacer alguna escala, se unan vuelos directos desde ciudades como Londres, Madrid, Fráncfort o Lisboa.