Lo que desató la furia del mandatario estadounidense fue la última gran ola de migrantes en la frontera, el 29 de mayo pasado. Aseguró que la Patrulla Fronteriza había detenido al "mayor grupo de extranjeros ilegales de todos los tiempos", lo cual era falso porque el total realmente fue 1.045 personas.

Por lo dos horas más tarde anunció que impondría sanciones arancelarias contra México si no se detenía el flujo migratorio.

Todo esto demuestra el lado cruel de esta crisis mediante una foto que fue difundida los últimos días y que conmueve al mundo entero. La fotografía muestra los cuerpos de un hombre y su pequeña hija tendidos sin vida a la orilla del río Bravo, en el noreste de México, a un kilómetro del puente internacional que conecta con Estados Unidos.

A todo esto, hay que sumarle los costos económicos, sociales y políticos que tiene el gobierno mexicano para resguardar y solucionar un problema que no es propio. En principio está la movilización de 6.000 soldados de la Guardia Nacional para detener el paso de inmigrantes en la frontera con Guatemala. Luego, la movilización de recursos para registrar a cada persona que cruza la frontera y que transita por el territorio nacional "para protegerlos".