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NOVA en Ñacunday

Vida de Carpero

Mónica toma mate mientras espera se hierva su pollo, relleno de las empanadas que venderá al mediodía. (Foto:NOVA)

Son las siete de la mañana. Mónica toma mate en la puerta de su carpa con un grupo de amigas de la comunidad mientras espera se hierva su pollo. Sobrevive en Ñacunday vendiendo empanadas y otras cosas que trae cada semana de Ciudad del Este. Mónica define la situación de manera bastante clara: “Es más lo que hablan los brasileros que lo que realmente pasa. Acá todos los días son iguales, desde hace trece años”.

Detrás de su aparente tranquilidad hay una decisión tomada: “Creo que ya es hora de que nos tomen en cuenta. Por eso vamos a juntar el coraje necesario y pelear por lo que es nuestro”.

Amelio Ayala es tractorista. De vez en cuando consigue alguna changa con los colonos. Ellos hacen todo, no hay trabajo para los paraguayos”. Asegura que con lo que gana apenas le alcanza para comer “un tractorista puede llegar a ganar 100 mil guaraníes por día, pero si tenés una familia eso apenas sirve para comer. Mis hijos tienen que vestirse, ir a la escuela…además no tenemos ni obra social ni seguridad laboral, ni nada”.

Amelio dice que un machetero gana 35 mil por día y un albañil puede llegar a los 60 mil.

Una extensa recorrida por la las carpas nos permite comprobar que lejos de abundar (como algunos aseguran), la comida escasea. En la mayoría de las pequeñas cacerolas se hierven fideos con alguna que otra papa y un pedazo de carne (que tiene más hueso que carne).

Chávez, Pakova y la prensa

Cuando le consultamos a Victoriano López por la supuesta ayuda que reciben del gobierno paraguayo e incluso de Venezuela no puede contener la risa: “Eso es un disparate, vos viste como vivimos acá ¿te parece que recibimos ayuda? Lo único que Lugo ha hecho por nosotros es escucharnos y darle curso a nuestros reclamos. Y de Chávez ¿Qué puedo decirte? Me gusta su actitud, la forma en que se planta frente a los poderosos, pero de ninguna manera soy chavista, es más, no comparto su autoritarismo”.

Otro político al que generalmente se lo vincula con los Carperos es Pakova Ledesma: “Pakova-dice López- es uno de los poco políticos que se preocupa por su pueblo, ha venido varias veces a Ñacunday y ha hecho mucho por nuestra causa en Asunción, pero de ahí a decir que es él el que esta detrás de nuestro reclamo hay un largo camino. Tampoco aporta dinero, simplemente nos ayuda a la hora de que nuestros reclamos sean tenidos en cuenta, algo que deberían hacer todos los políticos, no solo él” sentencia.

Silvio llegó hace unos días de Buenos Aires, pero el poco tiempo que hace está en Ñacunday le alcanza para tener una visión bastante clara de la imagen que medios y políticos quieren proyectar: “Por cada veinte minutos que aparece un colono o un político que habla en contra de los Carperos, nos dedican apenas uno a nosotros. Así es muy difícil que la gente tenga una idea acertada de lo que realmente pasa acá”.

La vida en Ñacunday es difícil. De eso no tengan dudas.

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