Por su parte, Ocampos enfatizó el valor de compartir momentos con seres queridos y agradecer por lo que une a las familias. “Es un tiempo para abrazarnos, para mirar al cielo y valorar lo que somos y lo que soñamos juntos”, señaló, reforzando la idea de que esta celebración fortalece los vínculos afectivos y espirituales.

Además, la primera dama destacó la procesión de Tañarandy, en San Ignacio Guazú, Misiones, como un espacio clave para vivir la fe en comunidad. Esta tradición, iniciada en 1992 por el artista Koki Ruiz, combina retablos, teatro y la marcha de los estacioneros para representar la pasión y muerte de Jesucristo. “Tañarandy es arte, espíritu y memoria viva de nuestro pueblo”, afirmó Ocampos, subrayando su relevancia cultural.

La procesión, que comenzó como una iniciativa de Ruiz, se ha convertido en una expresión emblemática de la Semana Santa en Paraguay, atrayendo a miles de personas cada año. A través de esta actividad, se mantiene viva la herencia espiritual y artística de la nación, consolidando su lugar en el corazón de los paraguayos.