Opinión
Panorama politico nacional

La misma cosa

Kattya y Prieto, la misma cosa.

Por José Maria Quevedo

El cartismo puso a Miguel Prieto en el centro de la escena política a partir de las denuncias contra su administración en la Municipalidad de CDE. El intendente podía aprovechar la oportunidad para plantear algo diferente, pero eligió hacer lo que hacen todos en la oposición cuando son cuestionados; victimizarse y atribuir las acusaciones a una “persecución política”.

Al elegir la comodidad de la victimización, Prieto comete un error recurrente entre los opositores. Con su “estratégica” decisión, proyecta la idea de que no tiene nada nuevo que ofrecer y que su manera de hacer política es idéntica a la de sus predecesores.

Pero la equivocación más grave no es esa, sino el hecho de que a partir de ahora la discusión será en torno a “su caso” y no a su proyecto de gobierno o país. El dirá que es un perseguido y los colorados que es un corrupto. Ese será el discurso. Esa será su campaña.

En un escenario como el que los mismos opositores plantean, los que se venden como la contracara de la corrupción y la mafia, no pueden permitirse ni siquiera la sospecha, mientras que a sus adversarios les alcanza simplemente con generar la duda.

Si quiere presentarse como la renovación tiene que sorprender, innovar, ser creativo y generar hechos memorables. Una caravana de apoyo a su gestión, organizada por sus seguidores donde se lo ve junto a Kattya González, no solo es “la misma cosa”, sino que transmite la idea de que son “sus causas” no las causas de la ciudadanía las que realmente importan.

Y una pregunta: ¿Cómo pueden dos víctimas del sistema, cambiarlo?

Para terminar, comparto las características de las personas con tendencia a victimizarse que encontré en Google:

“No dicen directamente lo que desean y prefieren quejarse. En vez de luchar por cambiar las cosas, se quejan de su mala suerte. Buscan llamar la atención buscando lástima mediante lamentos y quejas. Exageran y deforman situaciones y sus posibles consecuencias negativas. Suelen pensar mal de los demás. Ante un fracaso, se justifican y echan la culpa a otros o a las circunstancias. Se hacen las victimas para que se le reconozcan los méritos. Son prevenidos y de mala fe. Sienten placer al mostrarse como víctimas. Como se sienten víctimas, no ven necesario sentirse culpable. En últimas, hacen del sufrimiento su forma de vida”

“La actitud de estas personas es pasiva e inconscientemente manipuladora, se vale del chantaje emocional y suele hallarse inmersa en una eterna e inactiva espera, de que el mundo reconozca su inmenso dolor y la injusticia que se ha cometido con ellos”.

Concluyendo; por definción, presentarse como víctima permanente no parece ser una buena opción.

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