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Mercosur y EFTA firman pacto de libre comercio en Río: claves del acuerdo que une a 300 millones de consumidores

Mercosur y EFTA acuerdan liberar el 97 por ciento del comercio bilateral, impulsando exportaciones e inversiones en un mercado de 4,3 billones de dólares.

Río de Janeiro fue el escenario donde ayer el Mercosur y la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA) dieron un paso histórico al firmar un acuerdo de libre comercio. Este pacto, que abarca casi la totalidad del intercambio comercial entre ambos bloques, promete abrir nuevas puertas para los mercados de Sudamérica y Europa. A continuación, desglosamos las claves de este compromiso.

El Mercosur, creado en 1991 por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, cuenta también con Bolivia como miembro y Venezuela, actualmente suspendida. Por su parte, la EFTA, fundada en 1960, está formada por Islandia, Noruega, Suiza y Liechtenstein.

En 2024, el comercio entre ambos bloques alcanzó cifras significativas: el Mercosur exportó bienes por 3.373 millones de dólares a la EFTA e importó productos por 3.824 millones de dólares.

Con este acuerdo, se establece una zona de libre comercio que abarca a cerca de 300 millones de consumidores y un Producto Interno Bruto combinado de aproximadamente 4,3 billones de dólares.

Además, el tratado asegura un acceso preferencial para más del 97 por ciento de las exportaciones de ambos bloques. En este sentido, el pacto también incluye un capítulo sobre comercio de servicios, garantizando a los proveedores de ambos lados condiciones iguales o mejores que las ofrecidas a otros socios comerciales.

El acuerdo no solo se centra en bienes, sino que también abre las puertas a las compras gubernamentales de los gobiernos centrales, aunque con ciertas excepciones. Por ejemplo, Brasil decidió excluir las adquisiciones destinadas a la sanidad pública y los servicios tecnológicos. Este detalle refleja la cautela de los países para proteger sectores estratégicos mientras se avanza en la integración comercial.

En términos de exportaciones, el tratado beneficia al 99 por ciento de los productos que el Mercosur envía a los países de la EFTA. Los sectores industriales y pesqueros gozarán de aranceles cero, mientras que los productos agropecuarios, como carnes, maíz, soja, miel, café, etanol, arroz, banana, melones, uvas y jugo de naranja, tendrán acceso preferencial con aranceles reducidos o eliminados.

Esta medida busca potenciar la competitividad de los productos sudamericanos en el mercado europeo. Para que el acuerdo entre en vigor, los parlamentos de los países miembros de ambos bloques deberán ratificarlo.

Una vez aprobado, el tratado se aplicará de manera bilateral entre cada país del Mercosur y cada miembro de la EFTA, según avancen las ratificaciones. Este proceso gradual asegura flexibilidad en la implementación del pacto.

Desde el primer día de vigencia, tras la ratificación parlamentaria, la EFTA eliminará el 100 por ciento de los aranceles de importación para los productos industriales y pesqueros provenientes del Mercosur. Asimismo, se activarán de inmediato, cuotas preferenciales para los productos agropecuarios.

Por su parte, los países del Mercosur tendrán un plazo de 15 años para reducir gradualmente los aranceles sobre el 97 por ciento de los productos industriales y agrícolas importados desde la EFTA, además de otorgar acceso preferencial a otro 1,2 por ciento del comercio bilateral mediante cuotas.

El impacto económico de este acuerdo es prometedor. Según estimaciones del Gobierno brasileño, para 2044, el tratado generará un aumento de 628 millones de dólares en las exportaciones de Brasil, una cifra equiparable al total actual de las exportaciones del Mercosur a la EFTA.

Además, se espera que el pacto atraiga inversiones extranjeras por 124 millones de dólares al gigante sudamericano hasta ese mismo año.

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