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No cumple con sus responsabilidades

Peña admitió atrasos en los pagos a proveedores, pero priorizó invertir millones de dólares en comprar aviones y radares

El presidente calificó la cesantía de pagos como transitoria, pero reconoció que priorizó aviones y radares antes que cumplir con proveedores del Estado.

El presidente Santiago Peña volvió a minimizar los atrasos en los pagos del Estado a proveedores y los definió como un problema financiero “transitorio”.

Sin embargo, en el mismo discurso dejó en claro que la falta de cumplimiento no es casual: el Gobierno decidió priorizar compras militares y programas emblemáticos antes que saldar deudas con empresas que trabajan para el sector público.

Durante un pódcast presidencial con periodistas, Peña sostuvo que optó por financiar iniciativas como Hambre Cero y avanzar en inversiones vinculadas a la seguridad nacional, aun a costa de postergar pagos.

“Nosotros tomamos la decisión de atropellar el programa Hambre Cero que se financia, en su mayor parte, con recursos genuinos. Para mí esto era una prioridad, mucho más importante que pagar a algunos proveedores que son los que más negocios hacen con el Estado”, dijo.

El mandatario también reconoció decisiones de alto impacto presupuestario. Señaló que, por una “decisión geopolítica”, se desembolsaron 50 millones de dólares para la compra de radares a Estados Unidos y otros 100 millones de dólares para seis aviones Super Tucano.

“Otra decisión geopolítica fue la de comprar 6 aviones Super Tucano (100 millones de dólares), después de 40 años que Paraguay no invertía en seguridad y defensa nacional. Esto es un problema transitorio, mi palo son las finanzas públicas. Esta credibilidad la vamos a cumplir”, afirmó.

Las declaraciones llegan en un contexto delicado. Gremios de proveedores, empresas del transporte público y constructoras advierten sobre problemas financieros graves derivados de la cesantía de pagos. Incluso, algunas firmas alertan que la continuidad de obras públicas previstas para inicios de 2026 está en riesgo.

Peña asumió el costo político de la decisión. “Esta fue una decisión política mía, que le puso un estrés adicional al presupuesto. Yo asumo esa consecuencia. He hablado con los proveedores y les dije que no voy a dejar la administración en la situación en la que recibí. Cuando llegamos no había obras licitadas”, expresó.

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