Opinión
Análisis post municipales

Los errores de Nakayama y porqué no aliarse con la izquierda fue su único acierto

Eduardo Nakayama no supo motivar a los independientes. (Dibujo:NOVA).

Por José Maria Quevedo

La izquierda afirma que si Nakayama los hubiese incluido en su alianza, habría ganado. Nada más alejado de la realidad.

Contexto: Ricardo Meyer rozó el 5% en 2015. Lugo apenas sumó 15 mil votos en 2018. Podrán decirme que Ferreiro ganó en 2015. Sí; pero ganó porque era Mario Ferreiro y había que echar a Samaniego.

En esta elección, Johana Ortega (Asunción para Todos) y Luis Narvaja (Frente Guasu) no sumaron juntos poco más de 5% y no lograron la elección de ningún concejal de sus movimientos.

Sin embargo, los aliados de Nakayama tendrán en la próxima Junta cuatro representantes (tres Patria Querida y uno Encuentro Nacional).

Y hay que tener en cuenta otras variables; si Nakayama acordaba con la izquierda, ¿Sebastián Garcia se hubiese “bajado” y apoyado? Si lo hubiese apoyado,¿cómo habría sido la convivencia entre dos grupos tan antagónicos como la izquierda luguista y la derecha asuncena? Y algo más;¿cómo hubiese explicado Nakayama al electorado esta “extraña alianza”?

Para concluir; perder el tiempo tratando de imponer un relato sin sentido, construido desde el sesgo y la posverdad, conspira contra la propia izquierda.

Y ahora las razones de la derrota.

Nakayama perdió porque no tuvo ni estrategia, ni iniciativa ni discurso ni agenda propia, al punto que sus acciones estuvieron subirdinadas a las publicaciones de ABC Color.

Aunque el candidato dijo que ANRnuncaMás era un pésimo slogan, en la práctica se aferró a el con uñas y dientes. Grave error. El votante nunca asoció a Nenecho con esa elite colorada a la que se acusa de hacer tanto daño al país.

En un contexto de desafección política gana el que motiva. Y Nakayayma no motivo a nadie. Le alcanzó a Nenecho con tapar tres baches, asfaltar cuatro calles y reparar algunas paradas de buses sobre Mariscal López para derrotarlo por amplio margen, hecho que obliga al candidato liberal y su equipo a hacer una profunda reflexión.

Decir que perdió porque “corrió plata” es denigrar al votante. Y autoengañarse. Sin autocrítica y análisis real no hay proyecto político que pueda tener éxito.

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