Es una idea que debemos analizar con rigor y sin apasionamiento. Toda vez que existan garantías de que el Estado no va a perder dinero, es decir, no va a invertir ‘a fondo perdido’, se puede considerar como una alternativa interesante. Personalmente analizaría la posibilidad de abordar esta propuesta cuando aseguremos el retorno del dinero en un 100 x100 al sector público. Ante el mínimo riesgo del retorno de ese dinero, y dadas las nefastas experiencias con el sector transporte que tenemos, no deberíamos ni discutirlo.

-¿Crees que el ‘leasing” puede garantizar este retorno?

Es una opción interesante siempre que exista un ente gestor que se ocupe y gestione financiera y operativamente la idea, y mientras el Estado tenga el control de ese ente gestor, con participación privada pero marcada presencia del estatal. En principio es una idea atractiva, lo único complicado es el antecedente de los empresarios de transporte que ya se han dado un festín con un mecanismo similar y lo único que han devuelto al Estado son chatarra sin valor.

-Financiar la renovación de buses ¿No es darle la razón a los empresarios que dicen trabajar casi a pérdida?

Es también una situación que debemos analizar; esta es una inversión que debería hacer el sector privado sin tener que recurrir al estado, pero como estamos ante la evidencia de que el transporte público es un bien social, tenemos como Estado la responsabilidad de buscar un mecanismo que logre mejorar la calidad del servicio. Me parece que debemos ir con cuidado con las combinaciones que podamos ensayar. Si consideramos esta idea ¿Por qué no pensamos directamente en la nacionalización del transporte y la opción de contar con un servicio público brindando y sostenido por el Estado sin participación privada? Porque si no, nosotros como Estado, facilitamos la financiación, corremos el riesgo y el sector privado se queda con la ganancia sin esfuerzo… Es un tema que vamos a analizar “con lupa”.

El MOPC presentó públicamente hace dos semanas el proyecto que tiene para renovar la flota de ómnibus de Asunción y el Area Metropolitana y que consiste en la compra de 2.000 buses y su “cesión” bajo la forma de “leasing” a las diferentes empresas de transporte que deberán ir pagando las unidades adquiridas con un porcentaje de la recaudación.

La última vez que los transportistas accedieron a un crédito para renovar los buses terminaron estafando al BNF.