Con mucha preocupación se vive en el ambiente hípico la inacción de la Federación de Deportes Ecuestres del Paraguay (FEDEPA) ante las múltiples conductas antideportivas que han llevado a descalificar a un atleta en las últimas competencias realizadas.
Parece que la premisa de ganar “a cualquier precio” se ha impuesto en esta actividad que tiene al caballo como protagonista y en este caso, víctima, porque en el afán de victoria y ante la permisividad de las autoridades de FEDEPA, muchos dejan de lado el reglamento y recurren a artimañas que dan al noble animal y atentan contra los principios básicos de la competencia hípica.
Entre las irregularidades detectadas se registra el uso de tapitas de cerveza debajo de las vendas de manos y patas del caballo que al saltar la barra y tocarla siente un dolor tan intenso que lo obliga a realizar un esfuerzo superior al de sus capacidades naturales para no tocar la valla y dañarse.
Aunque todo esto ha sido comprobado por los jueces hípicos y el competidor ha terminado descalificado, la FEDEPA no ha impuesto ninguna sanción sobre ellos, invitándolos (de alguna manera) ha seguir transgrediendo el reglamento.
En otros países, las respectivas federaciones han aplicado duras sanciones a los competidores que recurrieron a este tipo de artilugios con el fin de evitar prácticas antideportivas que dañan al caballo y la actividad. Algunos atletas incluso han recibido sanciones “de por vida”
FEDEPA, la responsable
A la Federación de Deportes Ecuestres del Paraguay (FEDEPA), presidida por la Dra. Lia Bonifazi, parece no importarle lo que todos saben está sucediendo. Ninguna medida ha tomado la entidad competente ante la actitud anti deportiva de algunos atletas que mal intencionadamente abusaron de sus caballos utilizando métodos de barreo (es la acción de colocar elementos punzantes, hirientes, en las extremidades del animal para que el caballo pueda saltar más de lo normal causándole hasta daños psicológicos) en competencias oficiales de la Federación.
Estás prácticas, que lamentablemente se han hecho habituales en el medio, violan el código de conducta de la Federación Ecuestre Internacional (FEI) que indica claramente que en todos los deportes ecuestres “el caballo es soberano”.
El bienestar del caballo –dice la FEI- debe predominar sobre las exigencias de criadores, entradores, jinetes, propietarios, organizadores, patrocinadores y jurados.
Según lo estipulado por el Reglamento General de Salto de la FEI que rige en nuestro país, los actos denominados como crueldad contra el animal, son estrictamente sancionados.
No tenemos que decir que aquellos que ganen utilizando métodos antideportivos fracasaran cuando representen al país en el exterior y no puedan recurrir a estas artimañas. La hípica paraguaya se ha ganado el respeto de los países limítrofes a base de sacrificio y honestidad y es función de todos cuidar dicho prestigio.
