“Queremos que cada paraguayo encuentre en su sistema de salud la respuesta que se merece”, afirmó Peña, subrayando que estas medidas forman parte de un esfuerzo más amplio para “saldar la histórica deuda en salud” que arrastra el país.

El acuerdo con sanatorios privados busca agilizar la respuesta ante la demanda de camas de terapia intensiva, un recurso que ha sido objeto de críticas en los últimos años debido a su escasez y a casos emblemáticos de pacientes que no lograron acceder a tiempo a este servicio.

El anuncio se dio tras una reunión con el Equipo Nacional de Salud, creado por decreto presidencial a inicios de este mes para coordinar una intervención integral en el sector.

Según fuentes oficiales, las 51 nuevas camas representan un avance significativo, alcanzando el 76 por ciento de operatividad a nivel nacional, un dato que el Gobierno presenta como evidencia de su apuesta por mejorar la infraestructura sanitaria. “Seguimos intensificando nuestras acciones para lograr una atención digna, eficiente y más humana”, añadió el presidente.

Este movimiento se enmarca en un contexto de presiones crecientes sobre el sistema de salud pública, que ha enfrentado cuestionamientos por fallas estructurales y falta de recursos humanos y tecnológicos.

La alianza con el sector privado, según Peña, es una solución inmediata mientras se trabaja en la modernización del sistema estatal, una promesa que el mandatario reitera desde su campaña electoral, cuando identificó la salud como uno de los grandes desafíos de Paraguay junto al empleo.