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Sáhara marroquí

El consenso internacional sobre el Sáhara marroquí obliga a la ONU a salir del inmovilismo

Marruecos fortalece su posición a nivel internacional.

La publicación del Policy Brief titulado “¿Puede el consenso internacional sobre el Plan de Autonomía desencadenar una nueva dinámica onusiana?” señala una inflexión en la lectura política del conflicto del Sáhara. Firmado por Rida Lyammouri y la doctora Fadoua Ammari, el informe no presenta hechos nuevos, pero articula con claridad lo que muchos gobiernos ya piensan en voz baja: el plan de autonomía bajo soberanía marroquí es hoy la única vía viable y aceptable de resolución. Y esa convicción está dejando de ser bilateral para convertirse en principio multilateral.

El documento analiza un momento geopolítico clave: la reafirmación del apoyo estadounidense al plan marroquí (8 de abril de 2025) y la creciente alineación de países africanos, árabes, latinoamericanos y europeos con esa propuesta. Se constata un hecho contundente: más del 85 % de los Estados miembros de la ONU no reconocen a la autodenominada «RASD». Frente a esta realidad diplomática, la ONU permanece atrapada en un marco jurídico y operativo obsoleto: el proceso referendario, encarnado por una MINURSO estancada desde su origen, nunca ofreció una solución aplicable y solo ha servido para prolongar el statu quo.

Para los autores, el escenario actual ya refleja una salida política operativa; el paso siguiente es su refrendo institucional por el sistema onusiano. No se trata de elegir entre dos proyectos; se trata de reconocer cuál de ellos existe, está implementado, es respaldado y ofrece resultados concretos. La propuesta marroquí —basada en autonomía, gobernanza local, inversión y conectividad regional— es hoy la única que tiene cuerpo institucional, apoyo diplomático y anclaje territorial.

En este contexto, los autores lanzan una idea de fondo: urge una nueva doctrina onusiana sobre el Sáhara, basada en realismo, pragmatismo y compromiso efectivo. Esta doctrina implicaría desplazar el centro del debate desde el referéndum hacia una autonomía negociada, bajo la soberanía marroquí, con acompañamiento institucional de la ONU. El paso sería coherente con los propios términos de las resoluciones recientes del Consejo de Seguridad, que insisten en una “solución política realista, duradera y mutuamente aceptable”.

También sería coherente con el rol creciente de Marruecos como actor regional de estabilidad, seguridad y desarrollo, especialmente a través de iniciativas como el puerto atlántico de Dajla y el proyecto de integración con África Occidental. La resolución del conflicto del Sáhara bajo el marco de autonomía permitiría liberar las energías bloqueadas del Magreb y reforzar las dinámicas atlánticas que Marruecos impulsa con visión de largo plazo.

El texto interpela directamente a la ONU: o se alinea con el consenso emergente y actúa como mediador útil, o se arriesga a perder relevancia frente a una solución que se impone en los hechos. La pelota está en el campo de Nueva York, pero las jugadas ya se están trazando en Rabat, Washington, Dakar, Abu Dabi y otros centros de decisión. (RUE20.ES)

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