Por Carlos Villota Santacruz, corresponsal de NP en Colombia.
“Desde su posición dominante las aseguradoras interponen toda suerte de obstáculos para el buen tratamiento del enfermo con el fin de lograr un mayor margen de utilidad. Defender el sistema actual argumentando es absurdo. Hoy, las aseguradoras continúan recibiendo tanto dinero que sólo abre espacio a la inequidad”, describió la Academia Nacional de Medicina, en relación al escenario de salud colombiano.
En un documento conocido por NP la entidad coloca en alerta al gobierno del presidente Juan Manuel Santos de la manera sistemática como el sistema de Seguridad Social ha sido “asaltado por el cartel de los corruptos desde el año 2.000”.
Este hecho, deja en evidencia que la corrupción al sistema de salud fue denunciada desde hace 10 años, pero sólo hasta ahora el gobierno Santos toma medidas, mientras los colombianos en la calle se preguntan: “¿A cuánto asciende el monto del desfalco?
Ecospoliticos.com en diálogo con expertos en economía estableció que el robo a la salud podría equivaler a tres reformas tributarias.
La Academia Nacional de Medicina (ANM) denunció en la última década las fallas y defectos estructurales del modelo de salud en Colombia, tanto en reuniones con el ex presidente Álvaro Uribe; el ex ministro de Protección Social, Diego Palacio, y los senadores y representantes de las comisiones séptimas del Congreso.
Mientras este caso comienza a ser visible gracias a la acción de la Fiscalía y la Procuraduría, además de la decisión del Gobierno de investigar el desfalco de la salud hasta las últimas consecuencias, desde Estados Unidos llegan noticias en el sentido que el modelo de “managed care está haciendo agua”.
Distintos sectores de opinión en Norteamérica coinciden en señalar la necesidad de una reforma. Incluso, el presidente Barack Obama ya dio el primer paso (The New York Times, 21 de marzo de 2010), al tiempo que en su momento el ex presidente John F. Kennedy dijo que si la atención de la salud se entregaba a las aseguradoras privadas bajo la premisa de que serán controladas, ellas terminarían controlando el sistema.
Una tesis, que es revalidada por el presidente de la Federación de Aseguradores Colombianos (Fasecolda), William Fadul, quién pronosticó que la seguridad social se convertirá en uno de los grandes negocios de las aseguradoras en Colombia (semana de febrero 12 de 2001).
Hoy, ante la luz de los resultados, el negocio de la salud le ha costado al país enormes sumas de dinero. “Si ese dinero se hubiese destinado a la buena atención en salud, a la capacitación de los recursos humanos, a la investigación científica y a enriquecer el conocimiento biométrico, mucha gente se hubiese salvado de la muerte”, dijo la procuradora delegada para la Prevención en materia de Derechos Humanos.
Así las cosas, a 17 años de la implementación de la reforma de la salud, la ley 100 fue un grave error y es hora de emprender desde el Congreso –sin ninguna presión de ningún actor- una reforma estructural que cambie el modelo con una visión de aseguramiento social universal basado en el fortalecimiento de los Derechos Humanos, de primacía de la ciencia, la educación y el profesionalismo al servicio de la sociedad.
Por ello, la ANM expresó su preocupación a NP por el proyecto de reforma que cursa en el Congreso que eleva al principio constitucional el sostén fiscal por encima de los Derechos Humanos universales consagrados en la Constitución y que afecta directamente la atención en salud.
Lo que se requiere entonces por vía legislativa es crear un Ministerio de Salud fuerte, técnico, libre de politiquería y fortalecer también el Instituto Nacional de Salud y el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima).
“La vigilancia y el control deben estar libres de presiones y de cualquier conflicto de intereses, que frenen el desangre de desfalcos al sistema de salud por 30 mil millones de pesos”, es la posición de médicos, enfermeras y estudiantes de medicina que confían que “el túnel de la corrupción que acompaña al sector desde hace años se despeje con el propósito de cumplir a cabalidad su labor y con la mirada puesta de quienes hicieron de la salud en Colombia, un mercado de del mejor postor, desatención y muerte”.