Por José Maria Quevedo
Me gusta subirme a un Bolt, un Uber o un taxi y preguntarle al conductor/a que tal le va en su trabajo. Después le consulto por quien voto la última vez. Y sigo con cuestiones sobre los candidatos a presidentes. No les digo quien soy ni lo que hago. Soy un extranjero que quiere saber sobre Paraguay. Mi “sondeo” no tiene la más mínima rigurosidad. Pero me permite saber qué piensa la gente que todos los días sale a ganarse el sustento.
Cada vez que sale una encuesta trato de acceder a todos los datos. Por suerte las consultoras encargadas de esos estudios me pasan los resultados. Estudiar a la sociedad que el candidato pretende lo apoye es básico para establecer una estrategia de campaña.
Mis “estudios” no suelen diferir en lo cualitativo con los de las consultoras. Como periodista aprendí a saber a quien preguntar y qué. Y cómo ir más allá de la respuesta inmediata.
Si decís: “Y qué opinas de Euclides”, la respuesta es una risa socarrona. Y concluís que nadie lo toma enserio. Si preguntas que opinan de Cartes, te responden que “da trabajo” y en un país donde la falta de trabajo es la principal preocupación, Peña es un candidato con chances. Si le consultas por la oposición, te responden que no presentan una opción válida. Y hay muchos que reclaman “Queremos opinar, queremos proponer, pero no nos escuchan”.
Los políticos en general están desconectados de la realidad. Euclides Acevedo plantea una alianza de colorados, liberales, encuentristas, etc…”por el bien del Paraguay”. Se sobrevalora y no entiende el mundo en que vivimos. Por eso mide el 2%.
Kattya se planta y rechaza el aborto. No la votan ni los conservadores ni los progresistas. Querida Kattya; en campaña los temas que dividen, se evitan. Y si se tocan, se hace con una postura que te ponga por encima del conflicto. Ahí tenías una oportunidad para cambiar el "modo controladora" que te identifica por "el modo gestionadora. Otra oportunidad perdida...
Efraín apuesta por la dicotomía, exitosa cuando es acertada. Pero en Paraguay, no creo que el ciudadano común este “en guerra”. Villarejo es el más coherente. Pero esa mesura con que se maneja, le impide trascender.
Esperanza Martínez se niega a poner condiciones a Lugo. No se da cuenta que para ser presidenta tiene que mandar. Incluso sobre Lugo. Cómo sigue sometida al impredecible líder de su sector, nadie la va a ver con el carácter y liderazgo necesario para gobernar.
Hablar de Burt, Fleitas, Soledad Núñez (buena dupla opositora) es perder el tiempo. Si es interesante hablar de Payo, pero eso en otro artículo.
