Opinión
El rey "guasu" juega "a dos puntas"

Fernando l y su bendición inexplicable

Fernando l de San Pedro, rey "guasu". (Dibujo: NOVA)

Por José Maria Quevedo

No somos solamente nosotros los que no entendemos (que no sería tan grave) tampoco "los suyos" logran descifrar como funciona la lógica en la cabeza del expresidente y líder supremo del progresismo paraguayo, es decir FERNANDO l de San Pedro.

Lugo bendijo la candidatura del actual canciller de lo que la propia izquierda considera un gobierno neostronista (Euclides Acevedo) justo dos semanas antes que los delegados de los diferentes partidos que integran la colación de izquierda que incluye al FG eligieran en Congreso Popular a Esperanza Martínez como candidata del espacio.

Hay que aclarar las cosas; Lugo genera en el Paraguay un apoyo incondicional. Tiene 230 mil votos cautivos que son suyos, no del grupo político que lidera. Pero su base, esa que lo adora, es más políticamente consciente de lo que muchos y el propio Lugo cree.

Votaron a Lugo en 2008 porque encarnaba el cambio que una vez en el poder no produjo. Lo apoyaron en 2013 porque lo habían destituido injustamente. Y lo volvieron a elegir en 2018 porque la esperanza es lo último que se pierde.

Lugo cree que mantiene esos 200 mil votos. Y que ese caudal electoral le da impunidad política y poder total. En 2008 había chicos y chicas que tenían menos de 18 años y que hoy tienen más de 20. Y otros que tienen más de 20 que han visto como pone sus intereses personales por encima del bien común.

Fernando l de San Pedro no ve que ciudades como Santa Rosa, Yby Yaú, han crecido. No ve que hay una nueva generación que decide, que no necesita ni de líderes ni políticos.

Fernando l sigue creyendo que las adolescentes del pueblo van a hacer lo que él diga. Que puede bendecir un Gallo (Paloma) y abrazar la Esperanza sin que nadie le reclame nada. Que la gente se comió el cuento de que no quería la reelección y que la circunstancial alianza con HC (que terminó con la quema del Congreso y el asesinato de Rodrigo Quintana) fue solo cosa de sus parlamentarios.

El reinado cobarde del líder equivocado se termina en 2023. O antes.

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