Opinión
Panorama político nacional

La Concertación y el riesgo de la dispersión del voto

La dispersíón del voto puede frustrar los planes concertacionistas. (Dibujo: NOVA)

Por José Maria Quevedo

Efraín tiene hoy un escenario que lo favorece de cara a la interna y es lógico que no quiera cambiarlo. Pero es ese mismo escenario que le asegura la candidatura concertacionista es el que puede terminar sentenciando sus chances presidenciales en abril de 2023.

¿Quién o qué le garantiza a Efraín que los votos que Soledad Núñez y Sebastián Villarejo obtengan en diciembre serán suyos en abril? Ni siquiera debería dar por descontado que los liberales que opten por Fleitas y Burt terminen sumándose a su propuesta dada la crispación interna que reina en su partido desde hace casi 10 años.

Si la Concertación no logra fidelizar el voto del espacio independientemente quien sea el candidato en abril de 2023, corre serio riesgo de sufrir una derrota histórica.

Por eso es imprescindible para la Concertación encontrar un mecanismo que evite que el voto de los candidatos que pierdan se disperse o se vuelva colorado. Y es por este motivo que debe trabajar para convertirse en opción de gobierno mas allá de los nombres propios.

Para lograrlo, es necesario activar dispositivos que impidan la dispersión del voto. Si la gente se identifica con los candidatos pero no con el espacio, habrá colorados por otros cinco años.

Quizás Efraín y los concertacionistas confían demasiado en el estudio de GEO que le da a la Concertación una intención de voto del 54%, muy por encima del 40% que alcanza la ANR. Pero tal vez este ítem debería contemplar otras dos preguntas: porqué candidato de la Concertación piensa votar y si votaría por la Concertación en abril si su candidato pierde.

Otro dato que puede entusiasmar a los concertacionistas es el que indica que en Sudamerica ganan las oposiciones, es decir; si gobierna la derecha, gana la izquierda; si gobierna la izquierda, gana la derecha. Ahora bien, en Paraguay esta lógica plantea un interrogante: ¿la oposición es solo el efrainismo y sus aliados o también se percibe como opositores a los cartistas y su candidato, Santi Peña?

Tengamos en cuenta que no son pocos lo que afirman que la verdadera oposición al Partido Colorado es el propio Partido Colorado.

Así las cosas se puede concluir (otra vez) que si bien la Concertación y su eventual y casi seguro candidato, Efraín Alegre, tienen todo para ganar, ponen en peligro la posibilidad cierta de victoria si no logran que la Concertación sea una opción electoral más allá de quien lidere la chapa.

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