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Las cosas claras

La computadora mágica de Nicholas Negroponte

Negroponte y su portátil "mágico".

En el año 2005, Nicholas Negropone presentó en el Foro de Davos el ambicioso proyecto “Una computadora por niño”. El mismo fue desarrollado a partir de una idea del matemático Seymour Papert y consistía en fabricar portátiles de bajo costo (100 dólares) ha ser adquiridos en grandes cantidades por gobiernos de países en vías de desarrollo con el objetivo de disminuir la brecha digital.

El programa tuvo resultados dispares; en la mayoría de los países que se aplicó, chocó con limitaciones en cuanto a la infraestructura y la capacitación de los docentes. Tampoco logró mejorar la calidad educativa, alcanzándose logros solamente en el interés que los niños mostraron ante la posibilidad de acceder a las redes sociales.

El único que pudo sostener el proyecto con resultados aceptables fue Uruguay (Plan Ceibal), país que cuenta con una sólida infraestructura educativa.

En Paraguay, la Fundación Paraguay Educa lleva a cabo una prueba piloto a pequeña escala en la ciudad de Caacupé. La misma obtuvo resultados positivos que fueron reconocidos por diferentes organismos internacionales. Eso si, la Fundación cuenta con amplio presupuesto, y recursos técnicos y humanos altamente cualificados.

La inversión por niño del programa que se desarrolla en Caacupé es de 333 dólares (x), cuando el Paraguay destina anualmente en educación apenas 59 dólares por alumno. Esto significa que se debería quintuplicar el presupuesto educativo si se quisiera implementar el proyecto a nivel país del mismo modo que se hace en Caacupé.

Esto, sin tener en cuenta que en la mencionada localidad, las escuelas cuentan con acceso a Internet y una infraestructura edilicia (aulas, electricidad, etc) que no presentó demasiados inconvenientes a la hora de poner en marcha el programa.

Muchos, de manera irresponsable, pretenden presentar este proyecto como la solución a los profundos problemas educativos del país sin siquiera haber indagado en los resultados obtenidos en los países en que el programa fue implementado.

Los que creen que apretando una tecla los niños dejarán de tener frio y hambre, aprenderán mágicamente matemáticas, lengua, historia y geografía; y hablarán y escribirán en perfecto español y guaraní están equivocados. Estar conectados con el mundo no significa adquirir ni conocimiento ni competencias.

El objetivo de la educación no es que los niños se comuniquen con sus padres en España, sino lograr que estos niños no necesiten emigrar mañana, y que en caso de hacerlo, no sea para limpiar casas o prostituirse.

Habría que preguntarle al nuevo ministro de Educación como piensa implementar el programa en escuelas como la de la comunidad indígena Spajin, ubicada en el corazón de la colonia menonita Manitoba en el departamento de San Pedro, que no tiene pupitres, no tiene baño, el pizarrón descansa en el suelo ya que no hay clavos de donde colgarlo y los chicos llevan sus útiles en bolsas de supermercado. De más está decir que en el lugar no hay acceso a internet y que son pocos los celulares que reciben señal.

Antes de impulsar un proyecto que ha recibido tantas críticas a nivel internacional y ha arrojado resultados por lo menos cuestionables, se debería indagar acerca de las características del mismo.

(x) El proyecto de Paraguay Educa beneficia a 3.600 niños de 1ro a 6to año, 146 profesores y 20 formadores de formadores. El presupuesto total es de 1.200.000 dólares de los cuáles 280.000 se destinan a capacitación y diseño de materiales; 910.000 a la adquisición de equipos y mantenimiento de redes; y 10.000 a evaluación.

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