Opinión
Fernando l sigue reinando

La fatal Lugodependencia

Fernando l con Esperanza.

Por José Maria Quevedo

Cuando Esperanza se impuso al Compañero Seminarista tenía la gran oportunidad de dar un golpe en la mesa y poner al rey del progresismo conservador en un lugar que le redituara políticamente. Era el momento ideal para empezar a construir un liderazgo propio. Tenía el apoyo de las bases y la atención mediática que la legitima victoria le otorgaba. Y lo más importante; enfrentaba a un Lugo debilitado por su coqueteo con “Gallopaloma” y el apoyo a Sixto, el derrotado.

Fernando l estaba acorralado; no podía contradecir a la legitima candidata. La Exitosa Exministra tenía todas las cartas y la iniciativa política. No era cuestión de eliminarlo, sino de relevarlo. Poner a Lugo bajo su órbita y volverse lidereza. Pero Esperanza pensó como subordinada y no le dió la estocada que le habría dado el liderazgo absoluto de un espacio que reclama y necesita renovarse.

Tendrá miles de justificativos, ninguno realmente válido. Los líderes no dudan. Las liderezas tampoco. Mientras los votos sean de Lugo, todo dependerá de su indescifrable manera de ejercer el poder.

Una vedette con sotana

El debut “oficial” de Fernando l como vedette política se produjo en junio de 2012, cuando en medio de la crisis que amenazaba tumbarlo se negó a llamar a Blas llano para salvar su gobierno. Rino Giret lo cuenta como nadie en su extraordinaria crónica sobre la destitución:

“…Unas horas antes (del jueves 21 de junio), un ministro le planteó a Lugo que se comunique telefónicamente con Blas Llano, presidente del PLRA, para negociar una salida. ´¿Por qué no me llama él?’ le respondió Lugo (Giret usa el potencial pero el periodista que firma esta nota pudo confirmar que fue así)…”

La relación con Llano estaba mal desde hacía un buen tiempo y Lugo “que odia a los liberales” (textual de alguien que lo conoce muy bien) busco el apoyo de sus amigos colorados de ese momento: Víctor Bogado y Lilian Samaniego.

Todos sabemos como terminó la historia.

En marzo de 2017, la vedette se sumó al elenco de la obra por la enmienda que puso en escena el cartismo.

Su papel fue lamentable; quiso interpretar a un personaje que movía los hilos del poder mientras negaba cualquier tipo de injerencia en el asunto. Nadie se lo creyó.

La escacez de figuras y el conservadurismo general le han permitido seguir en cartel hasta hoy. Su público apoyo al viejo pero renovado actor, Euclides Acevedo (más conocido como “Gallopaloma”) casi le cuesta la participación en el largometraje “Concertación 2023”, un film con final incierto y (hasta ahora) accidentado rodaje.

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