Opinión

La última carta

Efraín y Lugo. (Dibujo: NOVA)

Por José Maria Quevedo

Después de ganar la interna, Efraín Alegre subordinó su campaña a la Embajada Americana y los diarios ABC y Última Hora, tres actores que tienen lo que al candidato liberal le falta; agenda, iniciativa y discurso. Con los números en contra y una clara incapacidad para gestionar la promocionada “unidad” (esa ficción electoral opositora que no motiva ni moviliza) decidió poner su destino en manos Fernando Lugo.

¿Es posible que Lugo se decante por Efraín o Gallo? Si. ¿Es probable? No. Conociendo al personaje, lo más lógico es que pida por la unidad y se llame a silencio, si es que se pronuncia públicamente, porque como dijo Jorge Querey “cuando habla largo, se tranca”.

En medio de este revuelo fue por lo menos llamativa la declaración de Desesperanza Martínez (candidata a senadora y presidenta “simbólica” de la Concertación) que le dijo a Radio Ñanduti que Fernando Lugo va a trabajar por la unidad...pero del Frente Guasu porque “ese es el espacio que Fernando Lugo representa”, agrupación política que, como bien dijo Sixto Pereira a la misma emisora, “está un kilombo”.

“Hay que dejarle en paz al compañero, él vino a recuperarse y no a hacer política. Las veces que fui les hablé de anécdotas. Si el candidato tiene fuerza, sobre eso se tiene que valer, no apoyarse sobre Lugo. Él (Lugo) no necesita encomenderos” agregó en un fugaz arranque de sabiduría política el popular “Karaya”.

Lo cierto es que el expresidente es la última carta que se juega Efraín. Una carta incierta e impredecible en momentos en que el “póker electoral” exige un “all in”.

Los “selfieapoyos” de Efraín

Efraín sigue con su intensa campaña de “cacería de selfies” con “celebrities” políticas de Latinoamérica y el mundo. Tras fracasar con Lula y Petro, esta semana viajó a República Dominicana para ver qué mandatario de la Cumbre Iberoamericana le deba su “selfieapoyo”.

Tenaz y obstinado como pocos, nuestro candidato liberal logró su objetivo y pudo hacerse una selfie con Pedro Sánchez, el presidente “woke”, promotor de la ideología de genero, el feminismo radical y abanderado de la Agenda 2030.

El nuevo “socio” de Efraín, es el presidente con peor imagen desde el regreso de la democracia a España, acaba de ser sometido a una moción de censura (juicio político) y pierde en todos los sondeos de cara a las próximas elecciones de su país.

Otro acierto de una campaña que es la suma de todos los errores.

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