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Masacre de Curuguaty

Llanto y dolor en homenaje a policías caídos el 15 de junio

Norma Ortiz, Stella Marys y Maria Estela; madre, hija y esposa del comisario Erven Lovera junto al subcomandante Carlos Altemburger.

María Estela Meza Viuda de Lovera parece ausente. Tiene los ojos llenos de lágrimas y la mirada clavada en el césped del campo deportivo que a partir de hoy llevará el nombre de su esposo fallecido en Curuguaty. Su dolor nos alcanza a todos.

A su lado, su hija Stella Marys, de no más de 12 años, se tapa los ojos tratando de ocultar el llanto. Su mamá la abraza mientras el subcomandante de la Policía y el resto de los presentes llevan adelante el acto de homenaje a las víctimas. Cerca de ellas dos, Sicinio Lovera, también llora la muerte de su hijo.

El visible abatimiento de estos tres, contrasta con el de Norma Ortiz de Lovera, que con la mirada en alto sigue atentamente la ceremonia. La fortaleza y valentía que una madre puede llegar a tener es algo realmente admirable.

El comisario Erven Lovera Ortiz murió en Marina Cué la mañana del 15 de junio de 2012 cuando encabezaba un procedimiento que en principio era de allanamiento y que no se sabe aún bien por qué, de pronto se convirtió en desalojo.

Pasados dos meses de la Masacre, las circunstancias en que murieron policías y campesinos aún no han sido esclarecidas. Esa esposa, ese padre, esa niña, esa madre, y todos los familiares de aquellos que fallecieron el fatídico 15 de junio merecen una respuesta.

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