Trabajadores, estudiantes y ambientalistas protestaron en forma masiva este sábado frente al Congreso de Chile, justo cuando el presidente, Sebastián Piñera, entregaba la segunda cuenta pública de su gobierno.
Mejores condiciones laborales, fin del modelo privatizador en la educación y rechazo a la construcción de represas en la Patagonia del país, centraron los reclamos de los manifestantes, encabezados por la Central Unitaria de Trabajadores y las federaciones universitarias.
Paralelamente a las demostraciones de descontento frente al poder legislativo, fueron convocadas este día marchas antigubernamentales en una treintena de ciudades chilenas, signo de la escalada de movilizaciones sociales de las últimas semanas.
También al interior de la sede del Congreso, situado en la ciudad de Valparaíso, se registraron manifestaciones de desacuerdo con La Moneda, mientras el mandatario pronunciaba su discurso a la nación, trasmitido en vivo por canales locales.
Piñera en su momento más difícil
Piñera fue interrumpido en reiteradas oportunidades por personas que se encontraban en las tribunas del Salón de Honor del Legislativo, quienes replicaron con consignas sus palabras al referirse a la gestión de su gobierno en materia de educación y reconstrucción pos terremoto.
Visiblemente incómodo el jefe de Estado se salió del libreto en la séptima interrupción de su discurso, reconoció el diario oficial La Nación. “Los violentistas en este país nunca tendrán la última palabra”, dijo (el presidente) elevando el tono”, acotó el rotativo.
Represas en el sur y tres millones de pobres
Otro momento en extremo tenso para el gobernante durante su mensaje, sobrevino cuando abordó la política energética de su administración y varios parlamentarios de la oposición que le escuchaban desplegaron un lienzo, donde se podía leer: “No a Hidroaysén”, en referencia a la homónima mega central hidroeléctrica, prevista en la zona de la Patagonia.
El discurso de Piñera, que el viernes encaró una protesta de 50.000 personas por la política ambiental del gobierno, buscó marcar un rumbo para su política social, en un país que tiene un ingreso per capita similar a Portugal pero tres millones de pobres.
Al cierre de la extensa alocución del titular del Ejecutivo, Radio Cooperativa de Chile informaba del empleo de bombas lacrimógenas y carros lanza aguas por Carabineros “para dispersar a los manifestantes en las calles porteñas” de Valparaíso, a unos 120 kilómetros al noroeste de Santiago.
La protesta demanda al Ejecutivo mejoras educativas y rechaza el proyecto HidroAysén.