Opinión
¡A tener en cuenta!

Ten cuidado con las fotos que mandas

El bloguero Luis Luna León siempre opina acerca de economía, política, cultura, economía y demás intereses sociales.

Por Luis Luna León, desde desde México, especial para NOVA

Muchas veces, las personas tenemos un concepto de nosotros mismos.

Nos consideramos amables, respetuosos, educados. Algunos huraños y otros demasiado nobles. Cada quien se conoce y pocas veces nos equivocamos. Algunos sociables, risueños. Otros malencarados y enfadados.

Y nos conocemos a tal grado, que nadie puede negarnos nuestras virtudes y nuestros talentos. Pero en el amor no pasa igual.

Ahí, muchos dicen ser una "buena pareja". Se jactan de ser amorosos, siempre dispuestos a ayudar a su amada. Procurándola con detalles, con pequeñas acciones que le dejen ver a la mujer que ama, de la importancia que tiene para su vida. Levantándose todos los días para tratar de hacerla feliz en una llamada o hacerla sentir amada con atenciones y consejos.

Pero muchas veces no sucede así.

Siempre he creído que la verdad del amor en pareja, no la tiene la persona que se autodefine.

Para mí, la verdad está en los ojos de quien nos ve, la verdad está en la mujer que decimos amar, porque será ella quien nos ame por lo que realmente somos, tal y como sucedió con Romeo Montesco y Julieta Capuleto, quien en un baile de máscaras, se enamoraron sin conocer sus rostros, amándose únicamente por lo que uno vio al otro a través de los ojos, iniciando una de las historias de amor más sublimes que encierra la literatura de Shakespeare.

Si. Así es. Será lo que ella vea en él, lo que realmente exista en ese hombre que dice amarla con locura.

Porque mientras él piensa que ella se da cuenta del inmenso amor que le tiene, ella tendrá otros datos.

Ella quizá piense que él no da lo suficiente. Que él no es capaz de entender que tiene otras responsabilidades y que debe de comprender que él no es su prioridad. Que él no es paciente ante las ausencias de ella, que no da margen de nada, que es un hombre que le toma el tiempo, que él no es capaz de pedir explicaciones. Que le reclama sus silencios. Que todo "lo echa en cara".

Si, la mujer puede estar pensando todo esto mientras él cree que ella percibe su amor y que todo está bien entre ellos.

Y es que la mujer tiene expectativas en el amor. Enfoca un perfil de hombre como su compañero de vida. Ella quiere a alguien que le sume a su vida, que le aporte cosas positivas. Alguien que la impulse. Que la inspire a tal grado, que ella se sienta apoyada y respaldada por un hombre hasta hacerla sentir segura.

Sin embargo, mientras él piensa que en su relación las cosas están mejorando, ella puede estar pensando que él todo lo quiere a sus tiempos. Pensando que él es una bomba y que por cualquier cosa explota. Que él no comprenda que ella prefiere callar antes de dialogar.

O quizá esto vaya más allá: que ella sienta miedo a su lado. Miedo porque él no es comprensivo ante las responsabilidades que ella tiene en su vida laboral y le pueda reclamar su atención, su tiempo y su dedicación.

Un hombre egoísta, un hombre que presiona demasiado, que es inmaduro. Que pelea por todo y para todo. Así puede estar pensando la mujer que él ama mientras hace planes y proyectos junto a ella.

Por todo esto, creo que nuestra forma de amar no puede ser autodescrita. No.

Nuestra forma de amar tiene que ser explicada por los ojos de la mujer amada. Ahí está la verdadera esencia del amor que un hombre entrega a una mujer.

Y si una mujer piensa así, nunca debe de estar al lado de un hombre con estas características. Debe de alejarse inmediatamente de ahí. El amor se debe de disfrutar, no atormentar.

Dios no se equivoca. Aunque muchas personas digan que Dios no tiene la culpa de nuestras reacciones, pasan por alto que desde allá arriba todo se acomoda para que nos demos cuenta de la realidad. Son como respuestas que nos llegan desde esas oficinas de correos que están en el cielo y que nunca cierran sus puertas.

Por tal razón, la mujer debe de tener cuidado en las fotos que le manda a ese hombre que aún tiene como su pareja y a quien no le confesó por años lo que realmente sentía por él.

Porque en las fotos que se toma una pareja, se observan a los dos. Sonriendo, abrazados. Queriendo inmortalizar ese momento único e irrepetible.

Y la mujer debe de tener precaución, porque en las fotos puede aparecer algo extraño. En las fotos puede reflejarse algo en los ojos de ella. Y me refiero al amor.

En esas fotos, la mujer puede no darse cuenta, pero puede verse feliz y plena. Sonriendo al máximo. Con esa mirada que sólo proyectan las mujeres cuando tienen al amor tomado de la mano.

Pero el riesgo que corre el hombre, es creer que ella está enamorada, desconociendo lo que verdaderamente existe en sus adentros.

Y no estoy completamente seguro, pero lo que ella tiene en sus adentros es demasiada presión, falta de comprensión, peleas, reclamos, cansancio por la relación, falta de empatía, miedo. No estoy seguro que ella tenga todo esto.

Pero de lo que si estoy seguro es que ese es el riesgo de una foto. Ver a una mujer feliz tomada de la mano de un hombre, pero que, enamorada de él, no ha estado, no está y no lo estará.

Y si, ella no debe de estar al lado de un hombre así. Ni él.

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